Julio “El Loco” Medina: una historia de dolor, lucha y amor en las calles de Pergamino Pergamino. Julio Medina, conocido por muchos como “El Loco”, es uno de esos personajes entrañables que todos reconocen y saludan en las veredas pergaminenses. Su historia de vida, marcada por el sufrimiento, la resiliencia y el cariño incondicional de quienes lo rodean, merece ser contada. Desde TAPA DEL DÍA reconstruimos su historia con respeto y admiración. Julio nació en el Conurbano bonaerense, en José C. Paz, y creció junto a sus cinco hermanos en un entorno difícil. La violencia familiar que sufría por parte de su padre fue un punto de quiebre para la familia. En 1983, su madre decidió poner fin a ese infierno y llevó a sus hijos a Pergamino. Fue allí donde comenzaron una nueva etapa, separados en hogares de menores: los varones en el Hogar Escuela “Monseñor Scalabrini” y las mujeres en el Hogar de Jesús. La tragedia volvió a golpear a los hermanos ese mismo año. La madre de Julio fue asesinada de manera brutal por su propio padre, en uno de los casos de femicidio más recordados de la ciudad. El crimen fue portada de diarios y dejó una marca imborrable en la memoria local. Julio, con solo 13 años, empezó a lidiar con un cuadro de esquizofrenia luego de aquel suceso traumático. Sin embargo, eso no le impidió convertirse en una figura querida por todos. “Julio es un amor de persona”, coinciden vecinos, comerciantes y transeúntes que lo conocen desde hace décadas. Actualmente vive en Pergamino junto a Amanda, su compañera de vida desde hace más de 25 años. Juntos enfrentaron todo tipo de obstáculos, siempre con una sonrisa. “Julio se ganó el corazón de todos con su espontaneidad y buen humor. Nunca tuvo problemas con nadie”, cuenta un vecino que lo ve todos los días pasar por la puerta de su negocio. En nuestra charla con él, mientras descansaba en la vereda del gimnasio POWERBODY, uno de los lugares donde es muy querido y al que asiste a entrenar cada tanto, Julio nos habló con emoción de su vida, sus recuerdos y su gente. "Estoy bien, con mi Amanda, tranquilo. Acá me cuidan todos", nos dijo con una sonrisa que derrite hasta al más duro. Los hermanos Medina siguen unidos, a pesar de los caminos distintos que tomaron. Virginia, su hermana, vive en Manuel Ocampo y mantiene contacto permanente con él. Alicia está en Salto, Analía y María Rosa en Pergamino, y Gonzalo en Villa Constitución. Todos atentos a la salud de Julio, ese hermano mayor que representa la historia viva de una familia atravesada por el dolor, pero también por el amor incondicional. Desde TAPA DEL DÍA compartimos esta historia como un homenaje a Julio “El Loco” Medina, símbolo de lucha, ternura y humanidad en nuestra ciudad.