TAPA DEL DÍA — En un gesto político que promete tensiones dentro y fuera de la cancha, Patricia Bullrich confirmó que utilizará su nuevo rol en el Senado para analizar el funcionamiento institucional de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). La exministra, que jurará como legisladora en las próximas horas, adelantó que impulsará una revisión profunda del organismo que conduce Claudio “Chiqui” Tapia. “Voy a concentrarme en estudiar la transparencia de la Asociación”, afirmó en una entrevista radial, al advertir que existen “muchas irregularidades” que afectan el normal desarrollo del fútbol argentino. La futura senadora sostuvo que los clubes “están de rehenes” y señaló directamente al presidente de la AFA como eje de un sistema que —según describió— “se maneja con discrecionalidad”. Durante el diálogo, Bullrich cuestionó el proceso de votación interna de la entidad. Se refirió especialmente a la estructura de sufragios indirectos y recordó el histórico empate que derivó en un voto adicional que modificó una elección clave. “¿Cómo es la democracia interna? ¿Por qué votan solo setenta clubes?”, planteó. La dirigente también criticó el poder sancionatorio de la AFA y mencionó como ejemplo el episodio reciente con Estudiantes de La Plata. “Una sanción desproporcionada por una protesta formal es inadmisible”, señaló, en clara referencia a decisiones disciplinarias que calificó de “increíbles”. Bullrich sostuvo que la estructura actual genera una dependencia perjudicial entre la organización y las instituciones deportivas. “Hay relaciones que no son libres. Todos saben que hay acomodos, hijos, entrenadores y clubes favorecidos”, dijo. Incluso aseguró que, en una consulta popular, Tapia “no permanecería un día más al frente de la AFA”. Otro punto sensible fue la advertencia sobre presuntas presiones relacionadas con el debate de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Según Bullrich, el manejo del organismo tiene “una lógica extorsiva” que condiciona a los clubes según su posición sobre este modelo. “Si querés ser sociedad anónima, te bajan la caña. Y si no, aceptás títulos que no estaban previstos y que pierden valor cuando se emiten sin criterio”, afirmó. La futura legisladora planteó además que esta dinámica termina afectando el desarrollo juvenil. “La formación del Sub-17 se resiente porque no hay inversión suficiente. Podríamos tener escuelas deportivas de primer nivel”, lamentó. En la entrevista también habló sobre su vínculo con la vicepresidenta Victoria Villarruel, destacando que trabajan “sin peleas”, aunque con perspectivas diferentes en algunos temas institucionales. Por fuera del eje futbolístico, Bullrich confirmó el avance del traspaso del Servicio Penitenciario porteño y dio definiciones firmes respecto del futuro de la cárcel de Devoto. “Está fuera de uso. La idea es tirarla abajo. Implosionarla”, afirmó. La intervención del Gobierno en pleno conflicto del fútbol abre un capítulo político complejo. La decisión de Bullrich de llevar el tema al Senado promete encender el debate sobre transparencia, poder y futuro institucional en la disciplina más popular del país. Opinión pública razonada: Para un sector creciente de la sociedad, la revisión institucional de la AFA podría convertirse en un punto de inflexión si se aborda con transparencia y sin sesgos partidarios. Sin embargo, otros advierten que el involucramiento político puede tensar aún más un clima ya cargado y abrir un debate que excede al fútbol pero expone, una vez más, la fragilidad de las instituciones argentinas. TAPA DEL DÍA | Más en www.tapadeldia.com
