La ciudad de Pergamino ingresa en una nueva etapa de control vial. La Municipalidad, a través del área de Inspección General y Tránsito, profundizó los operativos en distintos puntos estratégicos del ejido urbano con una definición clara y sin matices: todo motociclista que circule sin casco será sancionado con multa y el secuestro inmediato del vehículo. La decisión forma parte de una política sostenida de prevención y cuidado de la vida, que busca reducir la siniestralidad vial y, en particular, las consecuencias graves que suelen registrarse en hechos de tránsito protagonizados por motos. Desde el Municipio remarcaron que el casco no es un complemento opcional, sino un elemento de seguridad obligatorio que cumple un rol determinante ante cualquier impacto. En esta nueva fase, los inspectores municipales reforzarán la presencia en calles, avenidas y accesos clave de Pergamino, con operativos diarios tanto en horarios diurnos como nocturnos. Los controles incluyen la verificación del uso correcto del casco homologado, debidamente colocado y abrochado. “Sin casco no se circula más. La infracción implica multa y secuestro inmediato de la motocicleta”, señalaron desde Inspección General, al tiempo que subrayaron que el objetivo central no es sancionatorio, sino preventivo. La prioridad, explicaron, es generar conciencia y modificar conductas que persisten en la vía pública pese a las campañas informativas. Las estadísticas locales y provinciales muestran que una proporción significativa de los siniestros con lesiones severas involucran a motociclistas que no utilizaban casco al momento del impacto. Frente a ese escenario, la Comuna decidió avanzar con controles más estrictos, entendiendo que la seguridad vial es una responsabilidad compartida entre el Estado y los ciudadanos. Desde el área de Tránsito también recordaron que llevar el casco en el brazo, colgado del manubrio o apoyado sin sujeción no cumple ninguna función protectora y será considerado como falta. El uso debe ser efectivo y conforme a la normativa vigente. La iniciativa, busca consolidar un cambio cultural en la movilidad urbana y reforzar un mensaje que las autoridades consideran innegociable. Finalmente, el Municipio apeló a la responsabilidad individual y colectiva de los vecinos, remarcando que respetar las normas de tránsito no solo evita sanciones, sino que protege la vida propia y la de terceros. En Pergamino, el mensaje ya está en la calle: el casco es obligatorio y su incumplimiento tendrá consecuencias inmediatas. Opinión pública Endurecer los controles no es una decisión simpática, pero sí necesaria. En un contexto donde los siniestros viales siguen siendo una de las principales causas de lesiones graves, el Estado tiene la obligación de intervenir con firmeza. El desafío ahora será sostener los operativos en el tiempo y acompañarlos con educación vial, para que el casco deje de ser visto como una imposición y pase a ser entendido como lo que es: una herramienta básica para cuidar la vida. TAPA DEL DÍA
