La madrugada de Navidad volvió a dejar un llamado de atención en materia de seguridad vial en Pergamino. Los operativos de alcoholemia realizados en distintos puntos estratégicos de la ciudad arrojaron una cantidad significativa de resultados positivos, con un caso que sobresalió por su gravedad y encendió todas las alertas. Según confirmaron fuentes oficiales, uno de los conductores controlados registró 2,62 gramos de alcohol por litro de sangre, un nivel extremadamente elevado que implica un riesgo severo no solo para quien está al volante, sino también para peatones y otros automovilistas. El episodio fue considerado de máxima gravedad por los inspectores que intervinieron en el procedimiento. En el Partido de Pergamino rige la normativa de Alcohol Cero al Volante, que prohíbe conducir cualquier vehículo con motor cuando se detecta una alcoholemia superior a 0 miligramos. La legislación también alcanza a quienes hayan ingerido sustancias que puedan alterar la capacidad de conducción, independientemente de su origen o condición legal. Desde el área de control y prevención destacaron que estos operativos no tienen un fin recaudatorio, sino que apuntan a reducir la siniestralidad vial y reforzar la conciencia ciudadana, especialmente en fechas sensibles como las fiestas, cuando se incrementan la circulación nocturna y el consumo de alcohol. “Un solo conductor en estas condiciones puede desencadenar consecuencias irreversibles”, indicaron. La infracción a la ley de Alcohol Cero contempla sanciones severas: inhabilitación para conducir por un período de entre 3 y 18 meses, retención inmediata de la licencia, secuestro del vehículo y la aplicación de la multa correspondiente, además de otras medidas que pueden ser dispuestas por los Juzgados de Faltas. TAPA DEL DÍA pudo confirmar que, más allá del caso extremo, la cantidad de positivos registrados durante la madrugada de Navidad superó la media habitual, un dato que vuelve a poner el eje en la necesidad de reforzar conductas responsables al volante. Opinión pública: episodios como este demuestran que la normativa de Alcohol Cero no es una formalidad ni un exceso regulatorio. Es una herramienta imprescindible para proteger vidas. La cifra de 2,62 g/l no admite interpretaciones ni excusas: habla de una conducta que expone a toda la comunidad y obliga a redoblar controles, sanciones y, sobre todo, conciencia social. TAPA DEL DÍA
