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River se despidió del Mundial de Clubes con frustración, expulsiones y una dura lección europea

El equipo de Gallardo cayó 2-0 ante el Inter de Lautaro Martínez y mostró una imagen deslucida en su último partido. Una roja innecesaria, desacoples defensivos y un ataque sin respuestas coronaron una eliminación que deja más dudas que certezas.

  • 26/06/2025 • 09:09

El sueño se terminó antes de tiempo. River Plate cayó 2-0 ante el Inter de Milán en el cierre de su participación en el Mundial de Clubes y dejó una imagen preocupante frente a los ojos del mundo. El equipo argentino, que comenzó el torneo con ilusión, se marchó golpeado por la jerarquía europea, con un rendimiento que expuso falencias profundas tanto en lo futbolístico como en lo anímico.

El primer tiempo ilusionó: Gallardo apostó por jugar de igual a igual, sin refugiarse. Pero en la segunda mitad el partido se quebró. Inter aceleró, Lautaro Martínez dio una clase magistral de movimientos sin pelota y definición, y el equipo de Núñez no logró sostener ni el ritmo ni la intensidad. Barella distribuyó con autoridad, Dimarco fue un puñal por izquierda, y los centrales italianos se impusieron con holgura a un Borja aislado y errático.

El punto de inflexión llegó cuando Martínez Quarta, tras un error técnico inexplicable, se fue expulsado. El equipo ya venía en caída, pero con diez se terminó de diluir cualquier atisbo de reacción. Puertas adentro se reconoce que la eliminación empezó a gestarse en la derrota previa ante Rayados de Monterrey, donde la falta de gol fue letal.

El desenlace fue desprolijo: el Huevo Acuña corriendo a un rival para pelear lo dice todo. La frustración dominó la escena y Gallardo, con autocrítica, pidió disculpas a los hinchas que viajaron hasta Estados Unidos. No sonó a frase hecha. Sabía que el equipo, millonario en inversión y nombres, dejó mucho que desear.

Las dudas son muchas. El mediocampo alternó más nombres que certezas. El ingreso de Giorgio Constantini en un partido definitorio encendió alarmas. La defensa mostró grietas y el ataque no tuvo peso. El problema del 9 sigue sin resolverse: Borja no se asocia, Colidio no logra imponerse. La falta de contundencia se paga caro en este tipo de competencias.

Detrás de las individualidades, la conclusión es estructural: River ya no es el equipo voraz que supo marcar una era. Los goles de Mastantuono en el torneo local no alcanzan ante rivales de jerarquía. Y Gallardo deberá revisar a fondo si los millones invertidos están siendo bien utilizados.

La eliminación duele no solo por lo deportivo, sino por lo simbólico: River quedó afuera en primera ronda mientras los cuatro equipos brasileños avanzaron. Las comparaciones con Boca, eliminado también, no consuelan. Los clubes argentinos deben dejar de celebrar derrotas ajenas y enfocarse en subir su propia vara competitiva.

Gallardo tiene la espalda suficiente para un nuevo intento. Pero esta vez, deberá potenciar lo que tiene o exigir refuerzos que estén a la altura de las exigencias. Porque jugar con grandeza no puede seguir siendo solo un eslogan. Debe volver a ser una realidad.


Opinión pública: en las redes, miles de hinchas coincidieron en que la eliminación no es casual. “No se puede pelear un título internacional con jugadores que rinden un partido cada tres meses”, fue uno de los mensajes más replicados. El hincha siente que el club no está en crisis, pero sí en un momento de confusión estratégica. Y muchos ya piden una reestructuración profunda del plantel antes del próximo gran desafío internacional.

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