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El magnate cubano que desafía a Trump en Miami con vallas publicitarias incendiarias

Miguel “Mike” B. Fernández, empresario y filántropo de origen cubano, lanza una campaña sin precedentes contra Donald Trump y políticos republicanos en Florida, denunciando políticas migratorias “crueles” y exigiendo responsabilidad a los líderes locales.

  • 21/08/2025 • 08:11

TAPA DEL DÍA

Miami se ha convertido en escenario de una polémica inédita: el empresario y filántropo cubano Miguel “Mike” B. Fernández ha decidido enfrentar públicamente a Donald Trump y a destacados políticos republicanos del estado, mediante vallas publicitarias con mensajes directos que denuncian lo que califica como una política migratoria “cruel” y “deshumanizante”.

Entre los lemas que se pueden leer en las calles más concurridas de la ciudad figuran expresiones como “Aspirante a dictador” junto a la fotografía de Trump, o acusaciones de “traición” y de ser “títeres” dirigidas a Marco Rubio y a los congresistas cubanoamericanos Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Giménez.

"En una comunidad de inmigrantes. ¿dónde están las voces que nos protegen?", dice uno de los carteles en Miami pagado por Miguel B. Fernández.

Fernández, de 73 años, nació en Manzanillo, Cuba, y llegó a Estados Unidos tras escapar del régimen de Fidel Castro. Su experiencia como refugiado y veterano del ejército estadounidense, donde combatió en Vietnam, lo impulsa a defender a los inmigrantes que, hoy, enfrentan amenazas de deportación bajo la administración Trump.

"Deportar inmigrantes es cruel", proclama este cartel en el que aparecen, de izquierda a derecha, Marco Rubio, María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart.MBF

“Lo que está pasando en nuestro país no es correcto y cualquier persona normal lo sabe”, afirmó Fernández en una entrevista con BBC Mundo, asegurando que su activismo busca proteger a quienes, como él en 1964, llegaron en busca de un futuro mejor y hoy temen ser encarcelados o deportados.

El pasado abril comenzaron a aparecer en puntos estratégicos de Miami unos carteles publicitarios difíciles de pasar por alto para conductores y transeúntes.MBF

El multimillonario, cuyo patrimonio supera los 1.000 millones de dólares, rompió con el Partido Republicano en 2016, y desde entonces ha financiado campañas y acciones públicas en defensa de los migrantes, incluyendo anuncios de página completa en The New York Times y The Wall Street Journal.

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La campaña de Fernández no solo busca criticar a Trump, sino también exigir responsabilidades a los representantes locales que, según él, toleran o apoyan medidas migratorias que afectan a la comunidad cubanoamericana y latinoamericana en Miami. “¿Quieren parar las vallas? los invito: solamente digan la verdad”, aseguró.

Las reacciones en la ciudad han sido mixtas: sectores demócratas, republicanos moderados y organizaciones proinmigrantes respaldan la iniciativa, mientras que seguidores de Trump la califican de alineación con la “extrema izquierda”. El propio Fernández sostiene que su motivación es estrictamente humanitaria y capitalista, centrada en proteger el futuro de su familia y de la comunidad migrante.

Esta valla financiada por Miguel B. Fernández atribuye parte de la responsabilidad del polémico centro de detención "Alcatraz de los Caimanes" a dos de los congresistas cubanoestadounidenses de Miami.MBF

Las tensiones generadas por esta campaña también han tenido consecuencias personales para el magnate, incluyendo amenazas directas y distanciamientos familiares y sociales, sin que ello haya detenido su cruzada. Además, ha retirado donaciones millonarias a universidades locales que excluyen a inmigrantes indocumentados de sus programas de becas.

“Ese no es el país que yo conozco, no es el país del cual me siento orgulloso de ser parte, y seguiré con este proceso expresando mis opiniones”, concluyó Fernández, reafirmando su compromiso con los inmigrantes y su rechazo a políticas que considera injustas.

La iniciativa de Fernández ha generado un intenso debate en Miami. Para muchos, representa un llamado urgente a la conciencia cívica y humanitaria; para otros, una provocación política que evidencia la polarización de la ciudad. Sin dudas, estas vallas marcan un punto de inflexión en la discusión sobre inmigración en Florida.

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