La tensión entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof volvió a encender la escena política bonaerense. Según fuentes cercanas a la expresidenta, durante un intercambio telefónico por las listas de diputados de la Provincia de Buenos Aires, Cristina estalló: “¡Acá la que está presa soy yo! ¡La única presa del peronismo soy yo!”, dejando en claro su rechazo a los pedidos de Kicillof para ubicar a cuatro de sus aliados en posiciones expectantes. Del lado del gobernador, la charla fue descrita como “tensa” y “fría”, aunque no tan conflictiva como la definición de los nombres para los comicios del 7 de septiembre. Finalmente, Kicillof logró obtener solo dos lugares de los cuatro que solicitaba, mientras que Cristina se aseguró de castigar a intendentes y movimientos piqueteros cercanos al gobernador. La disputa refleja una estrategia más amplia de Cristina, quien antes de ser detenida por la causa Vialidad, ya había manifestado públicamente su oposición a los intentos de autonomía de Kicillof y su plan de desdoblar elecciones. A pesar de quedar inhabilitada para ejercer cargos públicos, la expresidenta sigue ejerciendo influencia decisiva sobre el kirchnerismo bonaerense. La relación entre ambos líderes parece hoy irreconciliable. “Hoy parece imposible. Pero bueno, esto es política”, señaló un dirigente cercano a la exmandataria. El enfrentamiento recuerda al intento previo de Máximo Kirchner de posicionarse como candidato a gobernador y convencer a Kicillof de ir por la presidencia en 2023, situación que terminó consolidando la reelección del gobernador. El cierre de la campaña nacional a cargo de Cristina deja un mensaje claro: su objetivo es garantizar un bloque duro y fiel en el Congreso, especialmente en la Cámara de Diputados, con kirchneristas puros y aliados que le responden, como Sergio Massa y Juan Grabois. La lista bonaerense, con la que el PJ busca sumar unas 15 bancas, refleja la consolidación de este control estratégico. La disputa también tiene un trasfondo electoral. El gobernador apuesta a los intendentes para asegurar victorias locales el 7-S, mientras que el oficialismo nacional aparece como favorito para octubre. Las encuestas muestran cautela y dispersión, reflejando un escenario de final abierto tanto a nivel provincial como nacional. Opinión pública: Este choque expone la fragilidad interna del peronismo y podría redefinir la relación de fuerzas en la Provincia de Buenos Aires. La firmeza de Cristina en mantener su bloque refleja un liderazgo que prioriza la lealtad por sobre las negociaciones tácticas. Diario TAPA DEL DÍA