La elección del 7 de septiembre dejó a Javier Milei frente a una derrota que pocos esperaban con tanta claridad. La Libertad Avanza sufrió un revés de más de 13 puntos en la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país, que concentra casi el 40% del padrón electoral. Para el oficialismo, el resultado no es solo un llamado de atención, sino una advertencia sobre los desafíos que se avecinan antes de los comicios nacionales de octubre. El contexto político de la derrota El peronismo consolidó su victoria gracias a un trabajo coordinado entre los intendentes, la dirigencia provincial y el aparato político histórico que asegura movilización y control del voto en los municipios más poblados. La unidad estratégica entre Axel Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa permitió que los candidatos de Fuerza Patria tuvieran un despliegue uniforme y efectivo, que contrastó con la dispersión de fuerzas de Milei. El Gobierno nacional subestimó la fuerza de esta maquinaria electoral y cometió un error táctico al permitir que se viera a las elecciones bonaerenses como un plebiscito sobre su gestión, en lugar de centrarse en la renovación de concejales y legisladores provinciales. La percepción de riesgo por parte del electorado, sumada a la desconfianza en los cambios prometidos por el oficialismo, terminó afectando de manera directa a La Libertad Avanza. Errores de comunicación y liderazgo La estrategia comunicacional del presidente mostró grietas evidentes. Milei optó por un discurso agresivo y confrontativo, que incluyó ataques constantes a adversarios políticos y críticas virulentas a sectores internos de su propio partido. Esta actitud, aunque consistente con su estilo personal, generó rechazo en un electorado que buscaba certezas y estabilidad frente a la incertidumbre económica. Además, la falta de coordinación con aliados clave y figuras políticas moderadas debilitó la capacidad de la campaña para generar consensos. La relación tensa con la vicepresidenta Victoria Villarruel y la falta de reconciliación con figuras del PRO, como Mauricio Macri y Patricia Bullrich, evidenció divisiones internas que fueron percibidas por los votantes como señales de desorganización y falta de unidad. Impacto económico y percepción social La política económica de Milei, centrada en un ajuste profundo y una reducción drástica de la inflación, no logró transmitir alivio suficiente a los sectores más vulnerables. El conurbano bonaerense, donde la pobreza y el trabajo informal son más frecuentes, fue el epicentro del descontento. Muchos ciudadanos percibieron que los sacrificios impuestos no fueron acompañados de medidas efectivas de compensación social ni de una gestión transparente de los recursos públicos. La caída de la inflación, aunque importante, se vio opacada por la percepción de estancamiento económico y de desigualdad. La falta de medidas para proteger a los sectores más afectados y los escándalos relacionados con supuestas irregularidades en el manejo de fondos para personas con discapacidad sumaron puntos negativos a la imagen del Gobierno. Esta combinación de ajuste económico y percepción de corrupción terminó por erosionar el apoyo electoral. La estrategia del peronismo y su eficiencia El peronismo, pese a las dificultades internas y la ausencia de su lideresa principal en la gestión directa, supo capitalizar su experiencia histórica. La coordinación de los intendentes y la unidad previa a la elección permitió que la campaña lograra una movilización eficiente, enfocada en los distritos clave y en el electorado más afectado por la economía. La capacidad de consolidar fuerzas frente a la fragmentación del oficialismo se convirtió en un factor determinante del triunfo. Axel Kicillof, con un perfil más pragmático que ideológico, fue clave para separar la elección provincial de las nacionales, generando un escenario en el que Milei quedó atrapado en la percepción de plebiscito sobre su gestión. La combinación de liderazgo territorial, estrategia comunicacional y control del aparato político hizo que la victoria de Fuerza Patria fuera sólida y anticipara un escenario desafiante para las elecciones de octubre. Repercusiones internacionales y económicas Los principales medios del mundo reflejaron la magnitud de la derrota. Titulares como “El peronismo arrasa en Buenos Aires” (El País, España), “Contundente victoria del peronismo sobre Milei” (El Mundo, Italia) y “Duro revés para el Presidente argentino” (Financial Times, EE.UU.) muestran que la caída de La Libertad Avanza tuvo repercusión global y proyecta un desafío mayor para la estrategia política de Milei. Además, los mercados reaccionaron ante la incertidumbre, con movimientos en el dólar, bonos y riesgo país, que anticipan un período complejo para la economía argentina. Claves para entender la derrota Subestimación del poder territorial y movilización del peronismo en los municipios clave. Errores comunicacionales y confrontación constante que generaron rechazo en amplios sectores. Impacto negativo de la política económica sobre los ciudadanos más vulnerables. Falta de coordinación con aliados y figuras moderadas dentro del oficialismo. Exposición de escándalos y denuncias que minaron la confianza social en la gestión. Desafíos inmediatos para Milei El presidente enfrenta un escenario complejo: deberá recomponer relaciones con aliados estratégicos, replantear la comunicación y evitar nuevas divisiones internas. Además, la economía será un factor crítico; las tasas de interés, el valor del dólar y el riesgo país condicionarán la percepción de estabilidad en la antesala de las elecciones nacionales. La capacidad de Milei para reaccionar a estos desafíos determinará si puede reconducir la campaña hacia octubre y consolidar el apoyo necesario para mantener su proyecto político. Conclusión La derrota de Javier Milei en Buenos Aires no es solo un resultado electoral: es un punto de inflexión que obliga al Gobierno a replantear su estrategia política, económica y comunicacional. Los errores acumulados, la fuerza del aparato peronista y la percepción de dificultades económicas crean un escenario que demanda ajustes inmediatos. Milei deberá demostrar capacidad de aprendizaje, negociación y prudencia si pretende que esta derrota no se transforme en un lastre para su gobierno y su futuro político. por Bruno Cardinale