TAPA DEL DÍA La Corte Suprema de Brasil dictó este jueves una condena de 27 años y tres meses de prisión contra el expresidente Jair Bolsonaro, tras declararlo culpable de intentar un golpe de Estado para permanecer en el cargo luego de su derrota electoral de 2022. El fallo se produjo por 4 votos a 1 en un panel de cinco jueces del Supremo Tribunal Federal, con los votos decisivos de Carmen Lucia y Cristiano Zanin, quienes se sumaron a la mayoría ya formada por Alexandre de Moraes y Flavio Dino. El único voto disidente fue del juez Luiz Fux, quien argumentó falta de competencia y pruebas insuficientes. Durante su exposición, la jueza Carmen Lucia señaló: “La ley debe ser aplicada igualmente para todos”, resaltando la relevancia del juicio para la defensa de la democracia brasileña. Por su parte, Zanin destacó que “la estabilidad de la organización y la dirección de sus acciones antes y después de las elecciones de 2022 revela la continuidad de un proyecto centrado en mantener a un grupo específico en el poder, sin importar la voluntad popular”. El expresidente de extrema derecha, de 70 años, enfrenta actualmente penas que podrían superar los 40 años en los distintos procesos judiciales que lo involucran. Su condena principal se centra en la formación de una organización criminal armada para intentar perpetuarse en el poder y socavar la alternancia democrática, incluyendo planes de violencia contra líderes políticos, como el propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Bolsonaro, quien se encuentra bajo arresto domiciliario desde agosto, no asistió a las audiencias alegando problemas de salud, mientras su defensa pedía su absolución. Aun así, la sentencia consolidada por la mayoría de jueces dificulta la presentación de un recurso de apelación ante el pleno del tribunal. El fallo generó reacciones inmediatas a nivel internacional. El expresidente estadounidense Donald Trump calificó la condena como “muy sorprendente” y comparó la situación con sus propios procesos judiciales. Además, el secretario de Estado Marco Rubio denunció la decisión como una “caza de brujas” política. En respuesta, el presidente Lula advirtió que Brasil actuará ante cualquier medida punitiva extranjera y subrayó la soberanía del país frente a presiones externas. En el plano interno, la sociedad brasileña se muestra dividida. Mientras algunos consideran el juicio un acto de defensa democrática, otros lo perciben como un proceso con motivaciones políticas. “Bolsonaro debe ser responsabilizado por tentativa de golpe. Trajo al país una nueva era de conservadurismo de forma muy violenta”, afirmó Ana Karla Oliveira, analista de sistemas. Por su parte, Germano Cavalcante, ingeniero civil, opinó que el juicio fue “más político que jurídico”. La sentencia consolida un momento histórico en Brasil y marca un precedente para la justicia del país. El impacto político será determinante de cara a las elecciones de 2026, donde la derecha deberá reorganizarse ante la inhabilitación de Bolsonaro y la eventual reelección de Lula. Opinión pública: Expertos legales y analistas coinciden en que la condena es un mensaje contundente sobre la vigencia del Estado de derecho en Brasil, aunque advierten que la polarización política podría profundizarse y tener repercusiones en la región. TAPA DEL DÍA