TAPA DEL DÍA La localidad de Urquiza mantiene la expectativa por la finalización del distribuidor de acceso a la Autopista Nº 8, una obra estratégica para la conectividad regional que permanece inconclusa desde hace meses. Los vecinos denuncian abandono y falta de respuestas por parte de las autoridades responsables, mientras los riesgos viales y la complejidad logística para productores y transportistas aumentan. Promesas y suspensiones que marcaron la historia de la obra El proyecto, originalmente denominado “Distribuidor para acceso a Juan Anchorena en la ruta nacional Nº 8”, formaba parte de la planificación de la autopista Pilar–Pergamino. Sin embargo, en 2020, durante la gestión de Alberto Fernández, la ejecución se suspendió por cuestiones presupuestarias, generando reclamos de vecinos y productores rurales que alertaron sobre el aislamiento de más de 5.800 hectáreas y las dificultades para unas 1.500 personas que dependen de esa vía de acceso. En 2021, la presión vecinal derivó en una reunión con Vialidad Nacional, donde se firmó un acta compromiso para retomar la obra. No obstante, los avances nunca se concretaron, y en 2022, pese a que el bloque “Juntos” obtuvo la aprobación unánime del Concejo Deliberante para exigir la reanudación de los trabajos, las máquinas nunca volvieron al lugar. Adjudicación y nuevo desencanto En octubre de 2022, la empresa Vialmani S.A. fue adjudicada para ejecutar la obra con un presupuesto de 712 millones de pesos y fecha de inicio en enero de 2023. Sin embargo, cuando en septiembre de ese año se inauguró el tramo principal de la autopista entre Maguirre y Fontezuela, el distribuidor de Urquiza quedó excluido, generando un nuevo desencanto entre los habitantes de la zona. Seguridad vial y reclamos que se reactivan Actualmente, los vecinos advierten que la falta de un distribuidor seguro obliga a realizar desvíos extensos y peligrosos para ingresar o salir de la localidad. “Lo que pedimos es simple: que se cumpla con lo prometido y se ejecute la obra que ya estaba proyectada e incluida en los compromisos de Vialidad”, señalaron desde la comunidad, que evalúa retomar medidas de visibilización. Urquiza sigue esperando una infraestructura que ya acumula años de demoras, promesas incumplidas y frustraciones, mientras la seguridad vial y la conectividad de la región continúan comprometidas. Opinión: La prolongada demora en la ejecución de esta obra no solo afecta la movilidad y la seguridad vial, sino que también erosiona la confianza de la comunidad en los compromisos públicos, subrayando la necesidad de priorizar la transparencia y la acción concreta en proyectos estratégicos. TAPA DEL DÍA