TAPA DEL DÍA Tras días de incertidumbre, el gobierno de Javier Milei logró estabilizar el frente económico gracias a un respaldo internacional inédito. Estados Unidos, a través del secretario del Tesoro Scott Bessent y del expresidente Donald Trump, brindó un auxilio financiero que incluye un swap, un préstamo y la eventual compra de bonos, con el objetivo de evitar una crisis y garantizar el pago de vencimientos de deuda en 2026. El aporte se complementa con la inversión de 7.000 millones de dólares de las cerealeras para sostener el tipo de cambio y reforzar las reservas del Banco Central. Este respaldo refleja la buena sintonía entre los líderes de derecha y los vínculos personales del entorno del ministro Luis Caputo y Bessent, consolidando un "tanque de oxígeno" que permite respirar al programa económico oficial. Sin embargo, el principal desafío para Milei no es financiero: es político. La gobernabilidad se impone como condición indispensable para avanzar con las reformas estructurales que exige tanto la economía como el gobierno estadounidense, en especial en los planos laboral y tributario. La tarea se presenta compleja: ni La Libertad Avanza, incluso con una excelente elección en octubre, alcanzará mayoría propia en el Congreso. Además, la confianza entre el Presidente y varios gobernadores se ha debilitado, lo que obliga a reconstruir consensos políticos para garantizar la aprobación de reformas y del Presupuesto nacional. Para avanzar, Milei reflotó el Consejo de Mayo con participación de la UIA y otras entidades, y coordina reuniones bajo la dirección del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para debatir propuestas de reforma laboral y tributaria. Sin embargo, la aprobación de estos proyectos depende de acuerdos con legisladores y gobernadores que hoy no están asegurados. Algunos mandatarios provinciales, como Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Sáenz (Salta), esperan ver el resultado electoral para definir su disposición al diálogo. Desde Santa Fe y Corrientes, los entornos insisten en que Milei debe convocar personalmente a reuniones serias y con agendas concretas, que incluyan reforma previsional, tributaria, laboral y Presupuesto nacional, evitando gestos meramente simbólicos. El mercado, atento a cualquier señal de debilidad política, mantiene la presión sobre el gobierno. La gobernabilidad se vuelve así el eje que determinará si el respaldo económico internacional puede traducirse en reformas efectivas y sostenibles. Mientras Milei observa la realidad con optimismo, las provincias enfrentan los mismos desafíos que hace una semana, y la pregunta sigue siendo: ¿podrá el Presidente construir los consensos necesarios para avanzar en su agenda económica? La respuesta definirá el futuro inmediato de su gestión y la estabilidad del país. TAPA DEL DÍA