Trump y Xi Jinping acuerdan paso atrás en la guerra comercial En un giro inesperado, los presidentes Donald Trump y Xi Jinping alcanzaron un acuerdo en la ciudad surcoreana de Busan para reducir las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. La medida incluye la reducción de aranceles estadounidenses y la garantía del flujo de tierras raras, esenciales para la tecnología y la defensa. Trump calificó su primer encuentro cara a cara con Xi en seis años como un "gran éxito" y anunció que visitará China en abril, mientras que el líder chino destacó que ambos países alcanzaron un "importante consenso" para resolver meses de disputas económicas que afectaron los mercados y las cadenas de suministro. Durante la reunión, el mandatario estadounidense reveló que China comprará "grandes cantidades de soja y otros productos agrícolas" de manera inmediata, un anuncio que podría impactar a países latinoamericanos como Brasil y Argentina, que han incrementado sus exportaciones al gigante asiático en los últimos meses. En relación a las tierras raras, China acordó suspender restricciones a la exportación por un año, asegurando el suministro a Estados Unidos. Trump señaló que este pacto es prorrogable y clave para sectores estratégicos de ambos países. Además, los líderes conversaron sobre la lucha contra el tráfico de fentanilo y la cooperación en la guerra en Ucrania. Trump aseguró que China se comprometió a "trabajar muy duro para detener el flujo" del opioide y a explorar iniciativas conjuntas en conflictos internacionales. Tras la reunión, los mandatarios se despidieron cordialmente, intercambiando elogios sobre sus capacidades de liderazgo y negociaciones. El encuentro duró menos de dos horas y contó con la presencia de altos funcionarios de ambos países, incluyendo a Marco Rubio y Wang Yi. El acuerdo representa un alivio para los mercados globales y abre la posibilidad de nuevas negociaciones energéticas y comerciales entre las dos mayores economías del mundo. TAPA DEL DÍA  Opinión pública: analistas destacan que esta flexibilización podría estabilizar los precios de commodities y mejorar la confianza de inversionistas internacionales, aunque advierten que la implementación del acuerdo requerirá un seguimiento riguroso para evitar nuevas escaladas.