La economía de las familias continúa atravesando un momento delicado. Aunque el resultado electoral generó expectativas positivas y una mayor descompresión financiera, los principales indicadores muestran que el consumo seguirá sin mostrar mejoras significativas en los próximos meses. Entre el endeudamiento creciente, los ingresos que no logran sostener el poder adquisitivo y el aumento de costos fijos en los hogares, los analistas coinciden en que no se verá un salto abrupto en las ventas. El endeudamiento crece y modifica el comportamiento del consumidor En la Cámara Argentina de Comercio, el director de Ecolatina, Federico Moll, destacó que las familias duplicaron su deuda con el sistema financiero en el último año y medio. Según sus estimaciones, el endeudamiento mensual promedio ya ronda los $2,8 millones. A esto se suma que la morosidad alcanzó su nivel más elevado en quince años, reflejando la creciente dificultad de los hogares para afrontar compromisos. De acuerdo a la consultora Vectorial, el uso intensivo de tarjetas de crédito se convirtió en una estrategia defensiva para conservar hábitos de consumo previos al cambio de gobierno. Este recurso se complementó con la venta de dólares y la toma de préstamos personales. Más ahorro, más costos fijos y menos gasto en bienes durables Moll añadió que desde hace dos años se reconfiguró la distribución del ingreso disponible. Con la desaceleración inflacionaria, los hogares destinan cada vez más dinero al ahorro y al pago de servicios básicos, reduciendo el margen para gastos no esenciales. Según Ecolatina, el ahorro pasó del 6,2% de las remuneraciones al 16,6%, mientras que los costos fijos aumentaron del 23,3% al 27,8%. De esta manera, los consumidores resignan compras que antes realizaban con mayor regularidad. Este escenario plantea que los bienes durables podrían resultar más competitivos frente a los servicios, mientras el crédito continuará en expansión, lo que genera atención en comercios y entidades financieras. Expectativas moderadas para 2026 pese a mayor certidumbre Con vistas a 2026, Moll anticipó que el impacto electoral permitirá avanzar en leyes orientadas a reducir costos estructurales, aunque no tendrá un efecto inmediato en los ingresos familiares. En paralelo, la Cámara Argentina de Comercio ve con optimismo la posibilidad de una recuperación gradual más adelante, acompañada por el crecimiento económico. “El consumo es el motor más importante de la demanda agregada. No habrá un boom, pero esperamos que continúe su crecimiento conforme mejore la actividad”, señaló Matías Bolis Wilson, economista jefe de la CAC, en diálogo con TN. Desde el sector, creen que el ahorro que hoy acumulan las familias podría volcarse a la economía a partir de mayor confianza, aunque no de forma uniforme. Parte de los hogares recurrirá al crédito, mientras otros mantendrán una conducta más conservadora. La tendencia muestra que la economía familiar seguirá siendo un espacio de transición. El mercado espera que la consolidación política y financiera impulse el consumo hacia adelante, pero la realidad de corto plazo se presenta aún exigente. TAPA DEL DÍA. Opinión pública: Si bien la estabilidad política suele impulsar mejores expectativas, expertos coinciden en que sin un incremento real del ingreso disponible, los hogares seguirán priorizando el ahorro y cuidando sus gastos. Esta conducta podría prolongar la recuperación del consumo, incluso en escenarios económicos más favorables.