TAPA DEL DÍA - La titular del Senado, Victoria Villarruel, convocó este martes a las 11 a todos los presidentes de bloque para una reunión de Labor Parlamentaria que marcará los tiempos del debate sobre la reforma laboral impulsada por el Gobierno. La intención del oficialismo es avanzar con la sanción antes de que concluya el año. Al igual que sucedió con el Presupuesto 2026 en Diputados, ahora corresponde definir los integrantes del Senado que intervendrán en las comisiones donde fue girado el proyecto: Trabajo y Previsión Social, y Presupuesto y Hacienda. Patricia Bullrich, jefa del oficialismo, llevará a la reunión los tiempos que exige el Ejecutivo: dictamen esta semana y sesión tras Navidad, con posibles fechas el 27 o 29 de diciembre. Sin embargo, la bancada que lidera Bullrich, con 20 senadores propios más el cordobés Luis Juez, necesita sumar apoyos de otras fuerzas afines para alcanzar los 37 votos necesarios. La UCR, con diez legisladores, y el Pro, con tres, aún no garantizan mayoría, lo que obliga a negociar con senadores provinciales y equilibrar fuerzas en las comisiones clave. La conformación de las comisiones definirá quién presidirá cada espacio. El oficialismo debe decidir si Bullrich encabezará la Comisión de Trabajo, actualmente liderada por Carmen Álvarez Rivero, o mantener a Ezequiel Atauche en Presupuesto y Hacienda, ante la presión de nuevos senadores que proponen a Agustín Monteverde. Cada comisión contará con 17 senadores, repartidos entre oficialismo, Unión por la Patria (UxP) y otras fuerzas provinciales. UxP, con 26 legisladores, ya inició su estrategia. Recibió a representantes de la CGT y CTA y acordó defender los derechos de los trabajadores, anticipando un rechazo frontal al proyecto. Además, busca sumar aliados del Frente Cívico de Santiago del Estero, liderado por Gerardo Zamora, para bloquear el avance del oficialismo. La historia reciente recuerda fracasos en reformas similares, desde Alfonsín hasta Macri, pasando por Rúa y Triaca, todos proyectos que no lograron superar resistencias gremiales y parlamentarias. Hugo Yasky, de la CTA, sostuvo que la legislación laboral ya evolucionó desde 1975 y advirtió que la iniciativa “pretende disciplinar a los trabajadores y debilitar al movimiento sindical, promoviendo alta informalidad”. Mariano Recalde, vocero de UxP, añadió: “No apoyaremos ninguna propuesta que perjudique a los trabajadores. La reforma busca abaratar el trabajo y facilitar despidos en un contexto económico delicado”. Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, coincidió en que “la modernización laboral anunciada no genera mejoras reales y quita derechos históricos a los trabajadores informales”. Entre quienes respaldan la reforma, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, destacó que la ley apunta a formalizar el empleo, especialmente para jóvenes y nuevas modalidades de trabajo, aunque la controversia está instalada y la discusión se anticipa áspera. El desenlace dependerá de cómo se configuren las comisiones y de la capacidad del oficialismo de sumar voluntades provinciales. Este martes, con la reunión de Labor Parlamentaria, se empezará a escribir el capítulo decisivo de una reforma que promete polarizar al Senado hasta el cierre del año. TAPA DEL DÍA  Opinión pública: La medida genera expectativas y fuertes rechazos. Ciudadanos y sindicatos alertan sobre posibles pérdidas de derechos, mientras el oficialismo insiste en que busca modernizar el empleo. La tensión anticipa semanas de negociaciones y estrategias parlamentarias decisivas.
