El caso del nene de 4 años que cayó desde un tercer piso en la ciudad de Rosario sumó este martes un nuevo y sensible capítulo. La madre del pequeño habló públicamente por primera vez y brindó su testimonio sobre lo ocurrido en el departamento del barrio Ludueña, donde se produjo el accidente que mantiene al niño internado en terapia intensiva. El episodio ocurrió el lunes en un edificio ubicado en la zona de Solís y Navarro. Según reconstruyeron los investigadores, el niño se encontraba recostado en la cama utilizando un celular, mientras su madre se dirigió al baño por unos minutos. En ese breve lapso, el menor cayó desde una altura aproximada de 12 metros hacia un patio interno del edificio. El impacto fue amortiguado por una superficie de tierra y pasto, lo que resultó clave para evitar consecuencias aún más graves. De inmediato, el chico fue asistido por personal de emergencias y trasladado al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde permanece internado bajo estricta observación médica. Micaela, la madre del nene, relató con angustia cómo se enteró de la caída. “No terminé de cerrar la puerta del baño y una vecina vino a golpearme la puerta diciéndome que el nene se había caído por la ventana”, explicó en diálogo con un medio local. La mujer aseguró que en el departamento había música, la televisión encendida y el volumen del celular alto, lo que impidió que escuchara cualquier ruido previo al hecho. “No entendía nada, no sabía lo que estaba pasando. Fueron dos segundos”, expresó. En cuanto al estado de salud del menor, confirmó que evoluciona de manera favorable dentro de un cuadro delicado. “Tiene el fémur quebrado, una lesión en el hígado y compromiso en los pulmones. El pulmón derecho tiene líquido y lo están tratando con medicación. Los médicos buscan que siga mejorando y evitar una intervención quirúrgica”, detalló. El niño se encuentra consciente, aunque continúa sedado debido a los golpes y el dolor. Por ese motivo, todavía no fue posible reconstruir con precisión cómo ocurrió la caída desde su perspectiva. Micaela también explicó que su hijo suele arrojar objetos por la ventana del comedor. “Esa ventana estaba cerrada, pero me olvidé de cerrar la de la habitación. Estaba apenas abierta”, reconoció. Y agregó: “Yo vi que él la abrió del todo, pero no sé si quiso tirar algo, si se resbaló o qué pasó exactamente”. Desde el hospital, la vicedirectora del Vilela, Silvia Giorgi, informó que el estado de salud del niño muestra una evolución favorable gracias al seguimiento permanente de los equipos médicos especializados. El caso es seguido con atención por la comunidad y continúa bajo evaluación de las autoridades, mientras la familia atraviesa horas de profunda preocupación.  Opinión pública: más allá del hecho puntual, situaciones como esta vuelven a poner en agenda la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en viviendas urbanas, especialmente en departamentos en altura. La prevención, incluso en segundos que parecen insignificantes, puede marcar la diferencia entre un accidente y una tragedia. TAPA DEL DÍA