Redacción del Diario Tapa Del Día – El campo argentino vuelve a quedar en el centro de la escena tras el anuncio oficial de un aumento en las retenciones para soja y maíz que regirá desde el 1° de julio. La medida fue oficializada mediante el Decreto 439/2025 y ya genera fuerte rechazo entre los productores. A partir de esa fecha, la soja pasará de tributar del 26 al 33 por ciento, mientras que el maíz y el sorgo subirán del 9,5 al 12 por ciento. En el caso del girasol, la alícuota pasará del 5,5 al 7 por ciento. En contrapartida, el Gobierno decidió mantener sin cambios las retenciones para los cultivos de cosecha fina: el trigo y la cebada conservarán el tributo reducido del 9,5 por ciento hasta el 31 de marzo de 2026. Las consecuencias no tardaron en llegar. Durante junio, las declaraciones de exportación de soja se duplicaron respecto al mismo mes del año anterior, alcanzando los 4 mil millones de dólares. Las ventas totales de soja y sus derivados llegaron a 6,1 millones de toneladas, superando ampliamente el promedio de los últimos cinco años. Desde las entidades rurales ya expresaron su preocupación. La Mesa de Enlace advirtió que esta suba "golpeará la rentabilidad del productor, afectará los precios internos y frenará las ventas futuras". Reclaman que la extensión del beneficio a trigo y cebada debería aplicarse también a la soja y al maíz. El Gobierno argumentó que la medida busca equilibrar las cuentas fiscales y, al mismo tiempo, mantener el incentivo a la cosecha fina, clave para el abastecimiento interno y la generación de divisas. Desde TAPA DEL DÍA, seguiremos de cerca el impacto de esta decisión en el interior productivo, donde el malestar crece ante una carga impositiva que muchos consideran injusta y distorsiva. Informó Redacción del Diario Tapa Del Día | www.tapadeldia.com