Pergamino

El robo de una peluca en una feria, terminó con el abrazo de quienes la confeccionaron

#Pergamino | El hecho ocurrió durante una feria solidaria. La menor, en situación de vulnerabilidad, confesó haber perdido el pelo y necesitaba la peluca. Lejos de denunciarla, desde el banco de pelucas decidieron acompañarla con empatía y le entregaron el accesorio con amor y consejos. Un gesto que conmovió a toda la comunidad.

  • 14/07/2025 • 09:06

TAPA DEL DÍA – Aproximadamente un mes atrás denunciabamos el robo de unas pelucas.......Pero ahora todo cambio.

La historia comenzó como un llamado por un presunto robo durante una feria solidaria, terminó transformándose en una escena cargada de humanidad, comprensión y lágrimas. Ayer por la tarde, en plena realización de una feria, integrantes de la organización Corazones en Acción, vieron pasar a una menor que portaba una peluca robada días atrás. De inmediato, dieron aviso a Ojos en Alerta y al 911.

La Policía actuó con rapidez y localizó a la joven. Pero al llegar al lugar, lo que encontraron conmovió a todos: la chica, una menor en situación de vulnerabilidad, estaba usando la peluca. Según explicó, hacía un tiempo había comenzado a perder el pelo, lo que la llevó a cortárselo por completo. En su desesperación, tomó la decisión de llevarse la peluca sin permiso.

Lejos de iniciar acciones legales, desde el Banco de Pelucas tomaron una decisión que marcó la diferencia. “Entendimos que lo que necesitaba era contención. Le explicamos que esa no era la forma, que si se hubiese acercado se la habríamos entregado gratis”, contaron los responsables. Por eso, no realizaron ninguna denuncia en Fiscalía.

En cambio, la invitaron a acercarse al espacio solidario, a pedir disculpas a quienes dedicaron horas a confeccionar la peluca y a recibirla nuevamente, pero esta vez, con amor, consejos y acompañamiento.

Anita, una de las referentes del banco, fue quien la abrazó entre lágrimas. “Estaba muy angustiada. Le acomodamos la peluca, se la volvimos a entregar y le enseñamos los cuidados que debía tener. No sabía cómo hacerlo. Era evidente que necesitaba ayuda más que castigo”, narró con emoción.

La peluca, que volvió por un ratito a las manos de quienes la hicieron, fue reacondicionada con cariño y puesta nuevamente en manos de la nena, quien ahora podrá usarla con dignidad y sin miedo.

“Nos mueve la empatía”, remarcaron desde la organización. El caso se transformó en una lección de sensibilidad, y en un ejemplo de cómo abordar situaciones complejas desde el amor, en lugar de la reacción automática del castigo.

TAPA DEL DÍA 

En tiempos donde la urgencia y la desesperanza muchas veces nublan la comprensión, historias como esta nos recuerdan que el camino del diálogo y la empatía puede cambiar destinos. No todos los hechos necesitan castigo: a veces, basta con escuchar, abrazar y tender una mano.

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