TAPA DEL DÍA  La fuerza de los antebrazos es un factor clave que a menudo se pasa por alto en los entrenamientos, aunque su impacto en la vida diaria y la salud a largo plazo es fundamental. Mientras muchos se enfocan en el pecho, la espalda o las piernas, descuidar esta zona puede limitar el progreso global y aumentar el riesgo de lesiones. Roberto Cabezas, experto en entrenamiento y crossfit, explicó a Men's Health que unos antebrazos fuertes no solo mejoran el rendimiento en ejercicios como el peso muerto y las dominadas, sino que también previenen molestias en muñecas y espalda baja al levantar cargas. Por su parte, Aldo Cornejo, entrenador personal, remarca que "la fuerza de prensión está asociada con la longevidad de la vida, por eso es fundamental entrenar el antebrazo". Aunque aún no hay evidencia concluyente sobre la prolongación de la vida, existe consenso sobre su relación con la autonomía y funcionalidad, especialmente en edades avanzadas. Los músculos del antebrazo participan en acciones tan simples como abrir frascos, girar llaves o cargar bolsas, y resultan determinantes en ejercicios de gimnasio como dominadas, remos, peso muerto y curls de bíceps. La debilidad en esta zona puede convertirla en el "eslabón más débil" de la cadena cinética, limitando el máximo potencial del entrenamiento global. Ignorar su fortalecimiento también puede provocar epicondilitis, dolores articulares y mayor riesgo de caídas o fracturas, particularmente en adultos mayores, según la National Federation of Professional Trainers. Entre los ejercicios recomendados se incluyen las flexiones de muñeca con mancuerna, el curl de antebrazo con barra, el trabajo con cuerda, el farmer’s walk y las dominadas o ejercicios de suspensión, todos adaptables a distintos niveles de fuerza y objetivos. Además, actividades cotidianas como la jardinería o el transporte de objetos pesados contribuyen significativamente al desarrollo de esta zona. La evidencia científica respalda la importancia de la fuerza de agarre como indicador de salud general: menor fuerza de prensión se asocia con menor densidad ósea, mayor riesgo de caídas, dificultades de memoria, problemas de sueño y depresión, según Harvard Health. Potenciar los antebrazos, entonces, no solo mejora la estética física, sino que asegura mayor independencia, funcionalidad y bienestar en el día a día, convirtiéndose en un factor determinante para una vida más activa y saludable. TAPA DEL DÍA