TAPA DEL DÍA El escenario político bonaerense comienza a mostrar luces rojas para la coalición libertaria de Javier Milei, que deberá enfrentar un difícil examen en las elecciones provinciales del 7 de septiembre. La baja expectativa en la participación ciudadana y el bajo reconocimiento de sus candidatos encabezan las preocupaciones que ya reconocen desde la Casa Rosada. Las encuestas iniciales alertan sobre una participación electoral que podría no superar el 50%, un dato que potencia el peso de la maquinaria territorial de los intendentes, actores clave en la movilización del electorado en cada sección. La desinformación o desconocimiento de la fecha electoral entre los votantes añade un componente de incertidumbre para la campaña libertaria, que en las PASO había irrumpido con fuerza. Además, la mayoría de los candidatos de La Libertad Avanza poseen bajo perfil y carecen de estructuras locales que garanticen su competitividad en territorios históricamente dominados por el peronismo. Salvo excepciones como Diego Valenzuela en la primera sección y Guillermo Montenegro en la quinta, el resto deberá enfrentar una compleja tarea de posicionamiento. En la mesa de campaña, liderada por el estratega Santiago Caputo y coordinada por Karina Milei junto a Sebastián Pareja, se debate cómo abordar la comunicación política. La polarización con el kirchnerismo y el gobierno de Axel Kicillof es el eje que buscarán consolidar, aunque persisten dudas sobre si nacionalizar la elección alcanzará para ganar en territorios donde el aparato local es determinante. El despliegue público de Javier Milei es un punto sensible. La primera aparición territorial en La Matanza, en compañía de figuras como Patricia Bullrich y Cristian Ritondo, mostró la intención de combinar una fuerte señal política con acciones que generen impacto, aunque con cierta controversia por el uso de símbolos históricos. El calendario electoral marca un desafío adicional: la simultaneidad con la campaña nacional, tras el cierre de listas del 17 de agosto, exigirá un equilibrio entre ambas contiendas. Mientras tanto, la definición de qué será considerado éxito —más votos totales, más secciones ganadas o más bancas obtenidas— será central para medir resultados y ajustar estrategias. En la primera sección, considerada la batalla principal, la confianza libertaria se enfrenta al peso territorial del peronismo en zonas clave del conurbano. La tercera sección, bastión kirchnerista, plantea un obstáculo formidable para la consolidación del voto violeta. Otras secciones permanecen abiertas al impacto de fuerzas localistas y particularidades regionales. Desde la Casa Rosada reconocen que, de no prosperar en septiembre, esta elección podrá servir para movilizar la opinión pública de cara a octubre, el verdadero centro de atención nacional. La narrativa libertaria sostiene la idea de ganar siempre, incluso en la derrota. TAPA DEL DÍA  Opinión pública Analistas y operadores políticos coinciden en que esta elección bonaerense representa un punto de inflexión para las fuerzas emergentes y tradicionales. La baja participación, combinada con la falta de candidatos fuertes en territorio, podría frenar la proyección nacional de Milei, aunque el escenario electoral abierto mantiene la expectativa por una campaña que, más que definir ganadores, podría configurar los mapas de poder para octubre. TAPA DEL DÍA