TAPA DEL DÍA A solo un mes de los comicios provinciales, la provincia de Buenos Aires se prepara para una elección inédita por la diversidad de fuerzas que competirán. La Junta Electoral bonaerense oficializó la participación de 63 partidos y frentes en la contienda que renovará 46 diputados, 23 senadores, la mitad de los concejos deliberantes y consejeros escolares en 135 municipios. El proceso electoral abarcará las ocho secciones electorales, donde se presentan alianzas y partidos que buscan consolidar o ampliar su influencia territorial. En total, serán 2.717 cargos en juego, divididos entre titulares y suplentes, en un escenario marcado por la fragmentación política y las disputas internas, especialmente en el kirchnerismo. Entre las fuerzas más amplias destacan siete alianzas que competirán en todo el territorio, entre ellas Fuerza Patria, integrada por el oficialismo provincial, y la alianza La Libertad Avanza, que sumó el respaldo de 12 intendentes y el PRO. Además, seis partidos presentan candidatos en las ocho secciones, incluyendo al Movimiento Avanzada Socialista y el Partido Libertario. Fuerza Patria, con fuerte liderazgo de figuras como Gabriel Katopodis y Verónica Magario, concentra su esfuerzo en las secciones Primera y Tercera, que reúnen más de 10 millones de electores. Sin embargo, la unidad no fue total: en distritos como Morón, Ituzaingó, Coronel Suárez y General Pueyrredón, se registraron listas enfrentadas que reflejan las tensiones entre los sectores de Axel Kicillof y Cristina Kirchner. La alianza La Libertad Avanza, por su parte, busca ampliar su influencia con candidatos en todas las secciones, destacando nombres como Diego Valenzuela y Guillermo Montenegro. En paralelo, el frente “Somos Buenos Aires” emerge como una “tercera vía” que agrupa a sectores peronistas no kirchneristas, la UCR y la Coalición Cívica, con respaldo de 30 intendentes. Además, a nivel vecinal compiten 44 espacios, con seis jefes comunales que impulsan listas propias para preservar poder local. La fragmentación y la irrupción de nuevos actores anticipan un escenario electoral de alta complejidad y reacomodamientos políticos tras el cierre de listas demorado por un corte de luz, que marcó la tensión de último momento. En definitiva, las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre se perfilan como una pulseada decisiva por el control territorial y la renovación legislativa, en un contexto de diversidad política inédita y disputas internas profundas que redefinirán el mapa del poder en la provincia más grande del país. Opinión: Este proceso electoral muestra que la fragmentación política en Buenos Aires ya no solo es un fenómeno nacional sino que se traslada a cada rincón de la provincia. La presencia de múltiples fuerzas y la dispersión de poder a nivel municipal plantean un desafío enorme para la gobernabilidad futura y para la construcción de consensos legislativos sólidos. Para mayor detalle y seguimiento de esta compleja contienda, visite TAPA DEL DÍA.