TAPA DEL D&Iacute;A&nbsp; En la industria farmac&eacute;utica, la cadena de control de un medicamento no es un mero tr&aacute;mite, sino un mecanismo de seguridad dise&ntilde;ado para proteger vidas. Cada etapa, desde la fabricaci&oacute;n hasta la administraci&oacute;n al paciente, tiene como objetivo detectar anomal&iacute;as y evitar que un producto defectuoso llegue a su destino. Cuando esta cadena falla, las consecuencias pueden ser fatales, como ocurri&oacute; con los lotes de fentanilo contaminado que ya dejaron m&aacute;s de 90 v&iacute;ctimas en Argentina. <p style="text-align: center;"> <p style="text-align: center;">La trazabilidad de los medicamentos. (Fuente: Confederaci&oacute;n Farmaceutica Argentina) El proceso inicia en el laboratorio fabricante, que debe cumplir con las Buenas Pr&aacute;cticas de Fabricaci&oacute;n (BPF). Estas normas internacionales exigen instalaciones adecuadas, personal capacitado, equipos calibrados, procedimientos documentados y controles exhaustivos de materia prima y excipientes antes de liberar cada lote. Para medicamentos inyectables como el fentanilo, el control microbiol&oacute;gico es cr&iacute;tico. Se realizan cultivos en placas de Petri para detectar bacterias, hongos u otros microorganismos. Si hay crecimiento, el lote debe ser destruido. Seg&uacute;n Mar&iacute;a Isabel Reinoso, expresidenta del Colegio de Farmac&eacute;uticos de la Provincia de Buenos Aires: &ldquo;Si se hac&iacute;a el control microbiol&oacute;gico, se hubiese detectado que estaban contaminados&rdquo;. Tras el control, los medicamentos se esterilizan en autoclave y luego se trasladan a droguer&iacute;as distribuidoras, donde permanecen bajo condiciones controladas hasta llegar a farmacias hospitalarias, cl&iacute;nicas o centros de salud. Todo el circuito es legal y trazable mediante c&oacute;digos que permiten identificar el origen y recorrido de cada lote. Sin embargo, en el caso del fentanilo, la trazabilidad fall&oacute;. Un informe clave del Instituto Nacional de Medicamentos (INAME) apunta a que la falla se origin&oacute; en el primer eslab&oacute;n: la fabricaci&oacute;n. Las ampollas se habr&iacute;an contaminado con Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii porque se elaboraron sin la limpieza ni esterilizaci&oacute;n adecuada de la maquinaria. Los registros internos del laboratorio Ramallo muestran que los lotes se fabricaron consecutivamente sin higienizar &aacute;reas, equipos ni accesorios cr&iacute;ticos, evidenciando graves deficiencias en el cumplimiento de las BPF. La causa judicial, a cargo del juez federal Ernesto Kreplak, a&uacute;n no tiene procesados. La responsabilidad, seg&uacute;n especialistas, recae directamente en la c&uacute;pula de HLB Pharma. Reinoso detall&oacute;: &ldquo;El due&ntilde;o del laboratorio tiene responsabilidad absoluta sobre la infraestructura, la asepsia y los controles. No se puede producir un inyectable seguro sin la inversi&oacute;n y los equipamientos adecuados&rdquo;. Este caso puso en evidencia la fragilidad de la cadena de control en medicamentos cr&iacute;ticos y la necesidad de reforzar la trazabilidad y fiscalizaci&oacute;n de la industria farmac&eacute;utica. Diputados como Silvana Giudici impulsan proyectos para garantizar que medicamentos como el fentanilo queden plenamente registrados y sean sometidos a controles estrictos, evitando que se repitan tragedias. La sociedad observa con atenci&oacute;n y exige respuestas: la falla de HLB Pharma no solo expone deficiencias regulatorias, sino que tambi&eacute;n deja en evidencia que la seguridad de los pacientes depende de la integridad y responsabilidad de los laboratorios. &nbsp; Opini&oacute;n p&uacute;blica: La exposici&oacute;n de estas fallas podr&iacute;a generar una mayor exigencia de transparencia y control en la industria farmac&eacute;utica, reforzando la confianza de los ciudadanos en la regulaci&oacute;n sanitaria y la trazabilidad de medicamentos cr&iacute;ticos. TAPA DEL D&Iacute;A