TAPA DEL DÍA El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles que propondrá la designación del movimiento Antifa como una “gran organización terrorista”. A través de su cuenta en Truth Social, Trump describió a los colectivos antifascistas como “un desastre radical de izquierda, peligroso y enfermo” y adelantó que recomendará investigar a quienes los financien “de acuerdo con los más altos estándares legales”. La decisión se produce días después del asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido el pasado 10 de septiembre, un hecho que la Casa Blanca ha vinculado con sectores de la izquierda radical. Según el asesor presidencial Stephen Miller, la administración busca desmantelar lo que considera “un vasto movimiento de terrorismo doméstico” relacionado con la violencia política. Antifa, abreviatura de “antifascistas”, funciona como un término para identificar a colectivos de extrema izquierda sin estructura centralizada. Sus miembros se organizan en células locales y coordinan sus acciones de manera informal, principalmente durante protestas contra supremacistas blancos, neonazis o grupos de ultraderecha. Entre sus tácticas se incluyen enfrentamientos directos, bloqueos de actos políticos y campañas en línea. El movimiento moderno tiene sus raíces en la década de 1980 en Estados Unidos, inspirado en grupos europeos que surgieron para contrarrestar el avance de organizaciones neonazis. Aunque carece de jerarquía formal, sus integrantes comparten una ideología anticapitalista y antifascista, adoptando estrategias como el “black bloc”, que consiste en vestir de negro para dificultar la identificación durante protestas. El anuncio enfrenta importantes obstáculos legales. Actualmente, Estados Unidos solo permite designar como organizaciones terroristas a entidades extranjeras, y en 2020 el director del FBI, Christopher Wray, declaró ante el Congreso que “Antifa es una ideología, no una organización”, complicando cualquier registro oficial. La legislación vigente permite investigar y procesar actos violentos de individuos o grupos internos, pero no existe un listado formal de terrorismo doméstico. De avanzar la medida, se abriría un debate sobre la interpretación de las leyes antiterroristas y los límites del poder ejecutivo. El anuncio recibió apoyo de legisladores republicanos. El senador Bill Cassidy, de Luisiana, afirmó que “Antifa aprovechó un movimiento de quejas legítimas para promover violencia y anarquía, trabajando contra la justicia para todos”. Recordó que, junto a Ted Cruz, presentó en 2019 una resolución para condenar los actos violentos de este movimiento, aunque no prosperó. Trump ya había señalado en el pasado a Antifa como responsable de disturbios en protestas contra el racismo policial y durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, sin que ello derivara en una designación formal. Hasta el momento, la Casa Blanca no detalló cómo implementará la medida ni qué consecuencias legales podrían enfrentar quienes sean identificados como miembros o financiadores del movimiento. Expertos legales advierten que catalogar a un colectivo descentralizado como organización terrorista podría enfrentar impugnaciones judiciales y generar un nuevo debate sobre la libertad de asociación. Opinión pública: Analistas políticos y juristas anticipan que la iniciativa polarizará aún más el panorama estadounidense, con fuertes debates sobre seguridad nacional y derechos civiles. La medida podría marcar un precedente sin antecedentes en la historia reciente de Estados Unidos. TAPA DEL DÍA