TAPA DEL DÍA El Gobierno enfrenta un desafío político de magnitud inédita: la posibilidad de que el Congreso limite la vigencia de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), la herramienta que históricamente permitió al Presidente gobernar con rapidez frente a situaciones críticas. Tras las recientes derrotas en Diputados y el Senado, donde se rechazaron vetos claves con márgenes que superaron ampliamente los dos tercios, la oposición demostró capacidad de coaligarse y controlar la agenda legislativa, dejando al mandatario con recursos limitados para impulsar su plan económico y político. El 30 de septiembre, la Comisión de Asuntos Constitucionales tratará la reforma que establecería que los DNU solo tengan vigencia por 90 días, salvo aprobación expresa de ambas cámaras. Si se aprueba, la capacidad de Milei para implementar proyectos y cambios rápidos quedaría severamente acotada. El impacto político y económico de estas derrotas es inmediato. Los mercados reaccionaron con fuertes bajas, cuestionando la sostenibilidad del equilibrio fiscal y la capacidad del Banco Central para mantener la banda cambiaria. En tres días, la autoridad monetaria vendió más de US$1110 millones para frenar la presión sobre el dólar, generando dudas sobre su capacidad de afrontar vencimientos con el FMI y bonistas. El ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, advirtió en sus redes sobre los riesgos que podrían derivarse de la magnitud de los votos en contra del Gobierno, lo que refuerza la sensación de incertidumbre política. Aunque no hay movimientos de gobernadores para destituir al presidente, la señal del oficialismo y de los mercados es clara: Milei enfrentará un escenario complejo para avanzar con su agenda antes de las elecciones de octubre. La oposición, con márgenes muy por encima de la mayoría calificada, deja en evidencia que cualquier intento de aprobar reformas o proyectos de ley deberá negociar con los gobernadores y actores clave, algo que hasta ahora se ha mostrado difícil. Situaciones sin precedentes podrían plantearse, desde la modificación del Presupuesto nacional hasta la limitación de los DNU, configurando lo que analistas llaman “la tormenta perfecta” para la administración. Opinión pública: La lectura generalizada es que esta ley y la reciente dinámica del Congreso podrían redefinir el poder presidencial y el rumbo económico a pocas semanas de las elecciones, generando un clima de alerta y debate intenso en la sociedad. TAPA DEL DÍA