La inflación de septiembre comenzó a mostrar señales de aceleración respecto al mes anterior, en un contexto de fuerte volatilidad cambiaria que impactó de lleno en los alimentos, el rubro de mayor peso en la medición del Indec. De acuerdo con estimaciones privadas, el índice mensual se ubicaría en torno al 2%, aunque con riesgo de un repunte si la presión sobre el dólar no cede en octubre. En agosto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) había marcado un 1,9%, la misma cifra que en julio. Sin embargo, tras las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, la divisa estadounidense inició un sendero alcista y en algunas jornadas llegó a superar los $1.500, lo que encendió alarmas en toda la cadena de precios. Según la Cámara Argentina de Supermercados, varios proveedores aplicaron aumentos especulativos para cubrirse de la volatilidad. Señalaron remarcaciones de hasta 7% en aceites, galletitas y yerba, y reclamaron que se retrotraigan las listas. En contraste, una empresa del sector de cuidado personal redujo 2,5% sus precios, mostrando la disparidad de conductas. En los mayoristas, se reportaron incrementos del 7% en aceites, hasta 8% en galletitas, entre 2,7% y 7% en yerba, 5,5% en alcohol etílico y 6% en golosinas. Pese a ello, las ventas deprimidas limitaron el traslado pleno a góndolas, aunque las promociones y ofertas desaparecieron de manera progresiva. De acuerdo con la consultora LCG, en la tercera semana de septiembre la inflación en alimentos fue de 1,6%, con alzas significativas en panificados, cereales y pastas (5,2%), además de lácteos y huevos (5,1%). La baja en verduras (-3,4%) logró compensar parcialmente la escalada. Por su parte, EcoGo proyectó un 2,9% para el mes, destacando subas en frutas importadas como la banana (4,5%) y en verduras, con la papa como principal motor del alza (7,9%). Otros rubros también acompañaron la tendencia: Transporte y Comunicaciones y Educación avanzaron 2,3% cada uno, consolidando la inflación de septiembre en un rango entre 2,2% y 2,9%, según las principales consultoras privadas. El economista Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, advirtió: “Más allá del respaldo del Tesoro de Estados Unidos, que ayudó a estabilizar el dólar y bajar el riesgo país, la inflación muestra una leve aceleración en septiembre, con una proyección del 2,2%”. En la misma línea, Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, sostuvo que el IPC del mes podría superar el 2%, aunque con una moderación en la última semana. Las expectativas para octubre giran en torno al comportamiento del dólar. Si la divisa se estabiliza, no se prevén aumentos relevantes en tarifas ni combustibles, y los precios estacionales podrían tener un impacto acotado. Así, la inflación mensual rondaría nuevamente el 2%. Sin embargo, un nuevo salto cambiario podría desatar presiones adicionales en toda la economía. El último reporte de JP Morgan planteó que “la cuestión central ahora es cuánto capital político necesitará el gobierno para atravesar esta ventana de oportunidad y si podrá capitalizarla plenamente”. Desde Analytica, Claudio Caprarulo proyectó una inflación del 2,1% en septiembre, impulsada por frutas y verduras, mientras que el promedio de cuatro semanas se ubicó también en ese nivel. En este escenario, la opinión pública gira en torno a una idea recurrente: sin una estabilización cambiaria sostenida, la inflación seguirá siendo la principal preocupación económica. Para muchos analistas, el verdadero desafío del Gobierno es transformar el alivio financiero externo en un ancla concreta para los precios, evitando que el bolsillo de los argentinos siga quedando a merced del dólar. TAPA DEL DÍA