TAPA DEL DÍA Más allá de los resultados electorales y del número de legisladores obtenidos, el mercado financiero mantiene una atención especial sobre las señales políticas que pueda emitir el Gobierno tras las elecciones. La mirada se centra en el mensaje inmediato del Presidente Javier Milei, la configuración del nuevo gabinete y el vínculo con aliados y gobernadores. Desde hace meses, el Ejecutivo elevó la relevancia de esta elección, tratándola con la magnitud de un plebiscito presidencial. Por eso, el comportamiento del Gobierno después de los comicios será crucial para determinar la orientación de los mercados en los próximos días. Según un informe de Outlier, el objetivo central ahora es consolidar las bancas necesarias para avanzar en la gobernabilidad, más allá de la cantidad de votos nacionales. El mercado recuerda experiencias previas, como la actitud de Mauricio Macri tras las PASO de 2019, cuando la pasividad frente a la derrota generó una caída abrupta en los mercados. En contraste, Milei reconoció recientemente la derrota bonaerense y prometió correcciones, enviando un mensaje de estabilidad que genera confianza en los inversores. Según el economista Mariano Ricciardi, de BDI, “los inversores no miran solo el resultado, sino la lectura política del lunes: si la elección consolida el rumbo económico o vuelve a abrir dudas sobre la gobernabilidad. No se necesita un triunfo aplastante, sino equilibrio y continuidad”. En los días posteriores a la elección, la atención se centrará en el anuncio del nuevo gabinete. La designación de Pablo Quirno como canciller, luego de la renuncia de Gerardo Werthein, fue interpretada como una señal de acercamiento con Estados Unidos y una posible continuidad en la coordinación con el PRO. Un mal resultado electoral podría haber abierto la puerta a negociaciones más amplias con ese espacio político. Otro punto clave será la relación del oficialismo con los gobernadores. El resultado determinará si Milei logra extrapolar su liderazgo personal hacia el territorio, consolidando un anclaje político que le permita avanzar con reformas estructurales, especialmente en materia laboral e impositiva, muy esperadas por los mercados. Según la consultora PxQ, “la debilidad estructural del oficialismo no solo reside en las bancas, sino en su limitada coordinación territorial, un déficit que condiciona su capacidad de construir mayorías estables y sostener su programa de gobierno”. En síntesis, más allá de los números, los mercados estarán atentos a la combinación de discurso presidencial, conformación del gabinete y negociaciones con aliados y opositores. Estas señales políticas serán las que realmente definan el humor financiero y la confianza de los inversores en los próximos días. TAPA DEL DÍA