El escenario político argentino experimenta una transformación acelerada donde convergen tres tensiones clave: el avance interno de Karina Milei en la estructura de poder, la presión de Estados Unidos en el nuevo acuerdo comercial y la reaparición pública de Mauricio Macri con un libro que expone una faceta inédita sobre su vínculo familiar. Un tablero que se mueve rápido y redefine la dinámica del Gobierno. La reciente visita de Javier Milei a Washington dejó al descubierto una realidad distinta a la política doméstica: mientras en Argentina se hablaba de tropiezos diplomáticos, la comitiva oficial celebraba avances en materia financiera y comercial. El Presidente, desde Corrientes, lo resumió con una frase cargada de intención: “Parece que los viajes estuvieron rindiendo un poquito”. Las nuevas exigencias de Estados Unidos El Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones, presentado como un hito para la relación bilateral, aún tiene capítulos sin resolver. Washington necesita que partes sensibles del tratado sean aprobadas por el Capitolio y, aunque hay entusiasmo en la Casa Rosada, persisten las dudas. Los aranceles al acero y aluminio —elevados al 50% por Donald Trump— no están definidos en el texto del acuerdo, pese a las gestiones argentinas para reducirlos. Otro punto clave es la carne: el anuncio estadounidense de cuadruplicar las importaciones desde Argentina generó ilusión en el campo local, pero el documento compartido deja más interrogantes que certezas. Según fuentes del sector, la letra fina parecería favorecer más a los productores norteamericanos que a los argentinos. Pero la cuestión comercial es apenas una parte del cuadro. Detrás del acuerdo se asoma un tablero geopolítico dominado por la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China. Washington ya condicionó a Guatemala, El Salvador y Ecuador con acuerdos similares, y en este último caso, la contrapartida fue directa: un referéndum para habilitar dos bases militares en zonas estratégicas. En el caso argentino, las demandas no oficiales ya circulan entre diplomáticos y analistas: no entregar la Hidrovía ni el 5G a empresas chinas, y habilitar una base logística en Tierra del Fuego para garantizar abastecimiento si la tensión comercial con Beijing bloquea rutas por Panamá. Karina Milei: de figura reservada a eje del poder En paralelo, la presencia de Karina Milei se consolidó como uno de los movimientos políticos más fuertes del oficialismo. Su rol dejó de ser acompañamiento discreto y pasó a convertirse en conducción directa. Preside reuniones con el equipo económico, toma decisiones que superan el rango institucional de la Secretaría General y marca la línea política en Diputados con la precisión de una arquitecta del poder. En la Cámara baja, los nuevos legisladores ya recibieron la instrucción: la voz autorizada es la del jefe del bloque, pero la conducción real baja desde Karina. Santiago Caputo —antes omnipresente— quedó desdibujado, aunque quienes lo conocen aseguran que su silencio es solo táctico. El factor Macri y la redefinición del PRO Mientras tanto, el PRO decidió no conformar un interbloque con La Libertad Avanza. Fue una decisión de Mauricio Macri, quien mantiene una alianza fría con el Gobierno: apoyo legislativo, pero distancia política. Con el lanzamiento de su nuevo libro, que aborda su conflictiva relación con su padre Franco, el expresidente busca un perfil bajo, menos ligado al vértigo de la coyuntura. La pulseada por Carrefour y el gesto que Milei no esperaba El adelanto de la venta de Carrefour Argentina también generó tensión y expectativa. Francisco De Narváez, dueño de Chango Más, ofertará por la cadena en una operación de mil millones de dólares que lo convertiría en el jugador dominante del mercado. Para obtener el apoyo oficial, se reunió con Milei, Karina y Caputo. A cambio del respaldo del Gobierno frente a Francia, ofreció una propuesta potente: mantener estables los precios de la canasta básica durante todo el mandato. Una promesa que impacta en la macroeconomía y en el bolsillo ciudadano. La Casa Rosada, mientras tanto, celebra un cambio de clima en el mundo financiero: empresas y bancos extranjeros volvieron a mostrar interés, y varias compañías accedieron a créditos un 40% más baratos que hace apenas semanas, algo impensado hace tres meses. La tensión entre las ambiciones del Gobierno, las exigencias de Estados Unidos y la creciente influencia de Karina Milei abre un escenario inédito: Argentina parece avanzar hacia un reordenamiento donde la política, el comercio exterior y el poder interno se entrelazan con una velocidad que invita a la cautela. El país se mueve en un tablero global donde cada gesto tiene consecuencias. En ese contexto, la figura de Karina Milei emerge como un factor decisivo y, según reconocen incluso voces opositoras, su presencia ya es determinante en la arquitectura real del poder. TAPA DEL DÍA