Con la Navidad a la vuelta de la esquina, las compras para las fiestas de fin de año comienzan a ocupar un lugar central en la agenda de las familias de Pergamino. Entre la cena principal, los regalos y los pequeños detalles del hogar, el armado de la mesa dulce y el brindis representa un gasto que este año no pasa inadvertido. Un relevamiento realizado en supermercados, almacenes, despensas y comercios de cercanía de la ciudad revela una marcada dispersión de precios. Según marcas, presentaciones y promociones vigentes, una canasta navideña típica puede oscilar desde los $14.000 en su versión más austera hasta cifras cercanas a los $79.000 cuando se opta por productos premium. En términos generales, una canasta básica para el brindis —compuesta por siete productos tradicionales como pan dulce, turrón, budín, garrapiñada, maní con chocolate, postre de maní y sidra— tiene en diciembre de 2025 un costo promedio que va de los $18.000 a los $20.000. El monto final depende, en gran medida, de la elección de marcas y del aprovechamiento de las ofertas que cada comercio pone en juego. El pan dulce es, sin dudas, el producto que concentra las mayores diferencias de precio. En las góndolas conviven primeras marcas con frutas, en presentaciones de 400 gramos, que superan los $8.000, con opciones de segundas y terceras marcas que se consiguen entre los $2.000 y los $5.000. A esto se suman variantes sin frutas y con chips de chocolate, y una novedad que gana terreno este año: el pan dulce de pistacho, cuyos valores arrancan en torno a los $16.000. El resto de los productos de la mesa dulce muestra precios relativamente más accesibles, aunque también con variaciones. El turrón de maní de 80 gramos se ofrece desde los $900, con promociones que reducen el valor de la segunda unidad, mientras que otras marcas se ubican entre los $1.000 y los $1.350. Los budines aparecen como uno de los artículos con mayor presencia de descuentos, con precios que van de los $1.690 a los $2.200 y frecuentes ofertas de dos por uno o rebajas en compras múltiples. En cuanto a las bebidas para el brindis, la sidra vuelve a marcar una brecha significativa. Una sidra tradicional ronda los $4.990, con descuentos importantes en la segunda botella, mientras que las opciones premium superan ampliamente los $11.000. Esta diferencia incide de manera directa en el valor final de la canasta. El escenario deja en evidencia que, más allá del contexto económico, el consumo navideño se redefine en función de la estrategia de compra. Comparar precios, elegir marcas alternativas y aprovechar promociones se vuelve clave para sostener una tradición que, año tras año, sigue siendo parte central del encuentro familiar. Opinión pública: En un contexto de ingresos ajustados, la amplia brecha de precios expone una realidad clara: la Navidad no se mide por el valor de la canasta, sino por la capacidad de cada familia de adaptarse sin resignar el sentido del encuentro. El desafío para el consumidor es informarse; el desafío para el mercado, ofrecer opciones reales que acompañen esa decisión. TAPA DEL DÍA