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Economía

Ingresos en Argentina: cuánto debe ganar una familia para estar entre el 10% más rico del país

Superar los $3,6 millones mensuales ya no garantiza holgura, pero sí ubica a un hogar dentro del segmento de mayores ingresos. Un informe del Indec expone cómo se reparte hoy la riqueza familiar y deja al descubierto una pirámide profundamente desigual.

  • 20/12/2025 • 09:06

Para integrar el 10% de los hogares con mayores ingresos de la Argentina, una familia necesita percibir al menos $3.624.000 mensuales. Ese es el umbral que marca el ingreso mínimo del décimo decil, según los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), correspondientes al tercer trimestre de 2025 y relevados en los 31 principales aglomerados urbanos del país.

El dato resulta contundente no solo por la cifra en sí, sino por lo que representa dentro de la estructura social argentina: apenas uno de cada diez hogares logra alcanzar ese nivel de ingresos, mientras que la mitad de las familias del país vive con $800.000 mensuales o menos. La distancia entre ambos extremos define, con números precisos, la actual pirámide del poder adquisitivo.

El décimo decil agrupa a 1.015.153 hogares, equivalentes al 10% del total, y a 3.539.176 personas, el 11,9% de la población relevada. Dentro de ese segmento, los ingresos familiares se extienden desde el piso de $3.624.000 hasta cifras excepcionales que alcanzan los $150 millones mensuales. El ingreso promedio del grupo es de $5.597.559, lo que expone una fuerte heterogeneidad interna.

La brecha se vuelve aún más evidente al observar el resto de la escala. El noveno decil incluye a las familias con ingresos de entre $2.650.000 y $3.620.000, con un promedio de $3.067.163. El octavo decil se mueve entre $2.100.000 y $2.650.000, mientras que el séptimo oscila entre $1.750.000 y $2.100.000. En sentido inverso, el primer decil —el 10% de los hogares con menores recursos— concentra ingresos que van de apenas $10.000 a $500.000 mensuales, con un promedio de $349.654.

La comparación entre los extremos es elocuente: la mediana de ingresos per cápita del décimo decil es trece veces superior a la del primero. Si bien esa relación muestra una leve mejora respecto del año anterior —cuando la brecha era de catorce veces—, la desigualdad estructural continúa siendo marcada.

En términos globales, el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, se ubicó en 0,431 durante el tercer trimestre de 2025. El indicador refleja una reducción interanual marginal frente al 0,435 registrado en el mismo período de 2024, una mejora estadística que no alcanza a modificar de manera sustancial la realidad cotidiana de millones de hogares.

El informe del Indec también detalla la composición de los ingresos. El 78,2% proviene de fuentes laborales, mientras que el 21,8% corresponde a ingresos no laborales. Este último componente tiene un peso decisivo en los sectores más vulnerables: en el primer decil representa el 60,1% del total, frente a apenas el 12,8% en el décimo decil.

Las diferencias se profundizan al analizar la estructura de los hogares. En el decil más bajo, por cada 100 personas ocupadas hay 257 que no trabajan. En el decil superior, esa relación se reduce drásticamente: solo 43 personas no ocupadas cada 100 ocupadas. La brecha de género también persiste: los varones perciben ingresos promedio de $1.153.171, mientras que las mujeres alcanzan $838.924.

Los números confirman una radiografía social compleja, en la que una porción reducida de la población concentra casi el 30% del ingreso total del país. 

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