Los malabares para llegar a fin de mes se convirtieron en una constante para millones de hogares argentinos. Aunque la inflación general mostró una desaceleración, el peso de las tarifas sigue presionando sobre los ingresos familiares. En ese escenario, el uso de tarjetas para pagar servicios crece de manera sostenida y el sistema financiero empieza a ofrecer una alternativa impensada hasta hace poco: la posibilidad de financiar esas facturas en cuotas. Los números oficiales explican el fenómeno. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), durante 2024 el índice de precios al consumidor aumentó 117,8%, mientras que los servicios treparon un 189%. En los primeros once meses de este año la tendencia se mantuvo: el IPC avanzó 27,9%, pero los servicios subieron 38,4%, consolidando una brecha que golpea de lleno a los presupuestos domésticos. A diferencia de otros bienes, cuyo consumo puede postergarse, los servicios tienen un carácter esencial. Luz, gas, agua, telefonía o impuestos no admiten demasiadas demoras y su encarecimiento obligó a las familias a modificar hábitos de pago. Ya no se cancelan todas las facturas al inicio del mes: se priorizan algunas, se agrupan pagos y se buscan nuevas herramientas para llegar sin sobresaltos. “En el segmento de pago de servicios observamos que las facturas se actualizan por encima de la inflación, de manera sostenida mes a mes”, explicó Maximiliano Babino, gerente general para Argentina, Uruguay y Paraguay de Western Union y Pago Fácil. Según detalló, cada vez es más común que los usuarios realicen varios pagos en una misma visita y que una parte creciente utilice medios electrónicos. “Vemos que alrededor del 20% de los clientes comenzó a abonar con tarjeta de débito en nuestros locales. Creemos que esto responde a la imprevisibilidad de los ingresos: las personas buscan asegurarse de tener el dinero disponible en su cuenta antes de pagar”, agregó el ejecutivo. El paso siguiente ya está en análisis. Babino anticipó que la compañía trabaja para incorporar el pago con tarjeta de crédito, con la posibilidad de financiar los servicios en hasta tres cuotas. La iniciativa apunta a aliviar el desembolso inmediato y mejorar la regularidad en los cobros. Otras firmas del sector avanzaron un poco más. Mauro Giaccone, CEO de la empresa de cobranzas Pronto Pago, señaló que la alternativa ya está disponible. “Los usuarios pueden financiar sus obligaciones con tarjeta de crédito y elegir entre distintos planes de cuotas, cuya disponibilidad está determinada por el banco emisor de cada tarjeta y por el canal a través del cual se realiza el pago”, explicó. Según Giaccone, la demanda surgió a partir de compromisos cada vez más elevados. “Detectamos que muchos usuarios necesitaban más flexibilidad para afrontar pagos de alto monto, como impuestos anuales, servicios vencidos o regularización de deudas. La financiación permite repartir esos pagos en cuotas más accesibles”, detalló. La contracara de este proceso es la morosidad, que viene mostrando señales de alerta. Los últimos datos oficiales indican que los atrasos de las familias en el pago de tarjetas alcanzaron el 7,4% del total financiado en septiembre. Sin embargo, desde el sector relativizan el impacto de la cuotificación de servicios. “La financiación con tarjeta se rige por las condiciones y límites establecidos por cada banco emisor. El usuario elige el plan que su entidad le habilita, dentro del marco regulado del sistema financiero”, subrayó Giaccone, descartando que esta modalidad implique un descontrol en el endeudamiento. En paralelo, los bancos comienzan a sumarse con productos propios. BBVA anunció recientemente una solución que permite cuotificar en hasta 12 pagos tanto débitos automáticos —como los servicios— como compras realizadas en un solo pago. La opción está disponible desde la aplicación para tarjetas Visa y Mastercard, donde los movimientos alcanzados aparecen identificados con la leyenda “Financiable”. El avance de estas herramientas marca un cambio de época. Lo que antes se pagaba al contado, hoy empieza a pensarse en cuotas, incluso cuando se trata de gastos básicos.  Opinión pública La posibilidad de financiar servicios no resuelve el problema de fondo, pero funciona como un termómetro social. Cuando las facturas esenciales necesitan ser pagadas en cuotas, queda en evidencia que la mejora de los indicadores macroeconómicos aún no se traduce en alivio para la economía cotidiana. El desafío será evitar que esta solución transitoria se convierta en una trampa de largo plazo para los ingresos familiares. TAPA DEL DÍA
