TAPA DEL DÍA Con el Presupuesto ya sancionado y el calendario legislativo en marcha, el Gobierno nacional vuelve a poner el foco en uno de sus proyectos estructurales. Diego Santilli prepara una nueva ronda de reuniones con gobernadores durante enero, en la antesala de las sesiones extraordinarias que el presidente Javier Milei convocará para febrero, con la reforma laboral como eje central de la agenda. El ministro del Interior buscará construir los consensos necesarios para que los jefes provinciales acompañen la iniciativa cuando llegue al recinto del Senado. Aunque el oficialismo logró fortalecer su posición en la Cámara Alta y el proyecto ya cuenta con dictamen, los votos de los aliados y de las provincias siguen siendo determinantes para alcanzar la aprobación. “Se va a juntar con los gobernadores para alcanzar los votos para febrero. A partir de enero retoma, como lo hizo en diciembre, la recorrida por las provincias”, señaló una fuente cercana a la organización de los encuentros. Por ahora, no está definido quién será el primer mandatario provincial en recibir al ministro, y en varias gobernaciones aseguran que aún no tienen reuniones confirmadas en agenda. El respaldo provincial aparece como un factor decisivo, pero no exento de tensiones. Dentro del proyecto hay capítulos que despiertan especial atención entre los gobernadores, en particular aquellos vinculados al Impuesto a las Ganancias y a la reducción de la carga tributaria. Los cambios propuestos podrían tener impacto directo en la recaudación coparticipable que reciben las provincias. “Los gobernadores están un poco preocupados por eso”, admitió una fuente legislativa. Según explican senadores que siguen de cerca la negociación, existen reparos sobre los artículos que modifican el esquema impositivo, como la eliminación de gravámenes en la venta de inmuebles y la reducción de alícuotas en las escalas más altas de Ganancias para empresas. Incluso las provincias con mejor vínculo político con la Casa Rosada analizan el texto con cautela. Desde una jurisdicción del Norte fueron claros: “Ya hubo reducciones impositivas para distintos sectores. Si recibimos menos recursos y no hay un mecanismo de compensación, no creemos apoyar ese título de la iniciativa”. En el oficialismo reconocen ese escenario y lo incorporan a la negociación. “El Gobierno tiene el Presupuesto aprobado, pero los gobernadores tienen compromisos y esperan respuestas, además de los fondos que puedan llegar vía ATN. La discusión es por más recursos y garantías”, admiten en los pasillos de Balcarce 50. Por estas horas, la estrategia de Santilli apunta a un trabajo fino, provincia por provincia, para destrabar resistencias sin desnaturalizar el proyecto. En el Ejecutivo no descartan ajustes en el articulado, aunque insisten en que cualquier cambio deberá preservar el espíritu de la reforma. Opinión pública: La reforma laboral se convirtió en una prueba política para el Gobierno. Más allá del contenido del proyecto, el resultado de las negociaciones con los gobernadores mostrará si la Casa Rosada logra transformar una mayoría circunstancial en un respaldo federal sostenido, o si la falta de acuerdos vuelve a exponer los límites de la gobernabilidad en el Congreso. TAPA DEL DÍA
