Cristina candidata, Milei contra Ian Moche y el Garrahan sin fondos: la semana más tensa del año político Redacción del Diario TAPA DEL DÍA La política argentina transita por una de sus semanas más desquiciadas. Cristina Fernández de Kirchner, figura central del kirchnerismo, anunció el lunes su candidatura a diputada bonaerense. El martes difundió su primer spot de campaña. Horas más tarde, la Corte Suprema rechazó un recurso clave que intentaba frenar la inminente confirmación de su condena por corrupción. Ella dice que no hay relación entre los hechos. Pero el ruido es ensordecedor. Desde el peronismo juran que su postulación es un acto de “responsabilidad histórica” para evitar una derrota estrepitosa. Sin embargo, en los pasillos del poder se susurra otra versión: Cristina estaría buscando entorpecer el camino de Axel Kicillof y victimizarse ante una eventual inhabilitación. El spot lo dice sin eufemismos: “No hay tribuna menor cuando hay que gritar verdades”. Traducido: va a La Plata, pero no por gusto. Porque ya no le queda otra. El panorama no mejora en el oficialismo. Javier Milei volvió a cruzar los límites. Esta vez, burlándose de Ian Moche, un niño autista de 12 años, activista por la inclusión y protagonista de múltiples intervenciones públicas sobre discapacidad. Milei compartió en redes sociales un meme ofensivo que desencadenó una ola de odio contra Ian y su familia. El presidente lo acusó de ser kirchnerista, basándose en fotos y declaraciones del menor en medios como Futurock y La Nación+. La actitud del mandatario, lejos de humanizarlo, lo colocó al borde del ridículo. No por atacar ideas, sino por mofarse de un niño. La banalización del poder se expone en su forma más cruda. Porque incluso si Ian se convierte en una suerte de Greta Thunberg criolla, el hecho de que el jefe de Estado lo señale en público sólo habla de la propia inmadurez presidencial. En paralelo, el Hospital Garrahan vive un conflicto gravísimo. Los médicos comenzaron un paro ante la falta de pagos del Gobierno nacional. El argumento que circuló con fuerza fue que “el Estado dejó de financiar los tratamientos de los niños con cáncer”. Pero hay un dato poco mencionado: la Provincia de Buenos Aires, a través del IOMA, adeuda más de 4.000 millones de pesos al Garrahan. Silencio absoluto. La vara de la indignación parece medir distinto según quién firme el cheque. Mientras Milei es acusado de crueldad por sus dichos y Cristina simula humildad bajando a una banca legislativa, la escena pública se llena de contrastes: un país donde la hipérbole reemplaza a los hechos, y donde los símbolos pesan más que las acciones concretas. Hoy todo puede ser usado como escudo o lanza. Incluso un niño. Incluso un hospital. Desde TAPA DEL DÍA, consideramos que hay momentos en que la política debe elevarse sobre la táctica. Esta semana fue todo lo contrario. Y lo pagamos todos.