El sistema financiero atraviesa una transformación estructural impulsada por una nueva generación de usuarios: los centennials. Nacidos entre 1997 y 2008, estos jóvenes nativos digitales priorizan la agilidad, la autogestión y la personalización por sobre la tradición bancaria. Nueve de cada diez prefieren operar con billeteras virtuales antes que con cuentas bancarias tradicionales. El avance tecnológico, combinado con nuevas expectativas de consumo, empuja a las empresas a repensar sus modelos. Según el informe “Centennials: ¿qué valoran al elegir un servicio financiero?”, de EY, apenas el 54% asocia a las finanzas con bancos; un 37% menciona primero a una FinTech. Esta preferencia se refuerza con datos de CEPE-Di Tella, Junior Achievement y BBVA: el uso de billeteras digitales escaló del 51% en 2022 al 89% en 2024, superando ampliamente al efectivo como método de pago. “Más del 50% de los jóvenes ya elige medios digitales para pagar, desplazando al efectivo”, aseguró Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de BBVA Argentina. La preferencia es clara: entre quienes no tienen cuenta bancaria, el 87,5% opta por billeteras virtuales. Para los centennials, las finanzas deben ser como las plataformas que ya dominan: rápidas, intuitivas y accesibles desde el celular. “Viven en la era de la gratificación instantánea”, explicó Luis Aguilar, CEO de Freenance. Juan Piantoni, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Servicio de Alquiler de Cajas de Seguridad, agregó que “todo se resuelve desde una app, sin esperar ni hablar con un asesor”. Este cambio cultural representa un quiebre con generaciones anteriores. Mientras los baby boomers buscaban confianza institucional y atención personalizada, la Gen Z exige inmediatez, transparencia y soluciones tecnológicas sin fricción. “Esta generación quiere saber en qué gasta y cómo hacer rendir más su dinero desde muy joven”, señaló Ignacio Serrano, gerente de marketing de Hausler. El concepto de seguridad también cambió. Ya no alcanza con bóvedas o claves: ahora se habla de accesos biométricos, encriptación, blockchain y turnos digitales. La burocracia es el enemigo número uno de esta generación. A pesar de su alto interés financiero, muchos jóvenes carecen de educación formal. “Quieren tomar decisiones informadas, pero no cuentan con formación sólida”, advirtió Gabriela Totaro, psicopedagoga experta en finanzas. El riesgo de la autodidaxia es evidente: más del 50% seguiría consejos de inversión vistos en redes sociales, según el informe CEPE-Di Tella. En este contexto, las empresas enfrentan el reto de rediseñar su propuesta. Ya no basta con tener una app: deben ofrecer experiencias personalizadas, sin fricción y adaptadas a esta nueva lógica. “La empresa que no haya entendido esto va a tender a desaparecer”, advirtió Piantoni. “La fidelidad es baja si no hay evolución”, remató Totaro. Además, se vuelve esencial acompañar a estos usuarios desde la educación secundaria. El 79% cree que se debería fortalecer la formación financiera en la escuela. Sin esa base, la inclusión digital no se traduce automáticamente en una mejor gestión del dinero. “El contenido financiero ya no puede ser aburrido ni técnico. Tiene que ser simple, dinámico y confiable”, sostuvo Aguilar. Expertos coinciden en que las fintech que mejor comprendan esta lógica serán las líderes del nuevo ecosistema financiero argentino. Opinión pública: Si bien la transformación digital en finanzas es positiva, el desafío más grande no es tecnológico sino educativo. Incluir a los jóvenes sin brindarles herramientas formativas reales puede generar una nueva forma de exclusión: usuarios conectados, pero vulnerables. Redacción del Diario Tapa Del Día | www.tapadeldia.com