TAPA DEL DÍA | Redacción del Diario Tapa Del Día Un equipo internacional de científicos elaboró el mapa más preciso hasta el momento sobre la capacidad de captura de carbono de los bosques jóvenes, revelando que aquellos con entre 20 y 40 años de regeneración natural pueden absorber hasta ocho veces más carbono por hectárea que los nuevos rebrotes. El trabajo fue publicado en la revista científica Climate Change y se basa en más de 100.000 mediciones tomadas en más de 50 países. Según los investigadores, los bosques secundarios –aquellos que vuelven a crecer después de una tala o intervención– son una herramienta crucial en la lucha contra el calentamiento global, sobre todo si se protege su desarrollo desde el inicio. “Nuestra investigación subraya el papel crucial de los bosques secundarios jóvenes en la lucha global contra el cambio climático”, afirmó la investigadora Adriane Esquivel-Muelbert, de la Universidad de Birmingham. Para ella, la próxima COP30, que se celebrará en Belém, Brasil, representa “una oportunidad crucial” para tomar decisiones concretas al respecto. El modelo desarrollado incluyó 66 variables ambientales –como clima, suelo, radiación y topografía– y permitió proyectar el crecimiento del carbono almacenado en árboles a través de una fórmula matemática específica de la silvicultura. Se utilizaron algoritmos de inteligencia artificial para refinar la precisión y validar los resultados, que mostraron errores bajos especialmente a partir de los 20 años de edad forestal. Uno de los hallazgos más potentes es que, si 800 millones de hectáreas comienzan a regenerarse en 2025, podrían eliminar hasta 20.300 millones de toneladas métricas de carbono para 2050. Pero si el proceso se retrasa hasta 2035, ese potencial caería hasta un 43%, alertaron los autores. Además, se demostró que la eficacia varía según el tipo de bosque: los húmedos tropicales, como los de la Amazonía, alcanzan su pico de captura a los 23 años y son los más eficientes. En cambio, los mediterráneos llegan a su máximo mucho más tarde y con menor capacidad. El estudio también expone una paradoja: estos ecosistemas, que podrían ser aliados decisivos frente al cambio climático, son los más vulnerables. En América Latina, los bosques secundarios tienen hasta diez veces más chances de ser destruidos que de permanecer, y en la Amazonía brasileña, la mitad desaparece antes de cumplir ocho años. La investigación subraya además una falla en los mecanismos financieros y en los mercados de carbono: muchos excluyen los bosques jóvenes al exigir al menos diez años desde la última tala para considerar proyectos de compensación. Esta regla, advierten los expertos, deja fuera un enorme potencial de mitigación. “Las metodologías actuales del mercado de carbono a menudo pasan por alto la protección de los bosques secundarios muy jóvenes. Este estudio destaca la necesidad de revisar estas metodologías”, sostuvo Tom Pugh, otro de los autores del estudio. Por todo esto, los científicos instan a los gobiernos y organismos internacionales a actuar con rapidez: priorizar la regeneración y protección de los bosques jóvenes no solo es una opción viable, sino urgente. La ventana de oportunidad para lograr una mitigación climática efectiva se está cerrando. TAPA DEL DÍA – Diario Tapa Del Día. Una advertencia que interpela a la política El informe no solo muestra datos científicos, sino una advertencia política de alto voltaje: si no se revisan ya las metodologías de financiamiento ambiental, el planeta podría estar desperdiciando una de sus herramientas más poderosas para frenar el calentamiento global. La próxima COP30 podría marcar un antes y un después, pero dependerá del compromiso real de los líderes mundiales.