TAPA DEL DÍA | www.tapadeldia.com La provincia de Buenos Aires llega a las elecciones con un mapa político que exhibe grietas profundas y conflictos inéditos tras el cierre de listas. El peronismo K atraviesa una crisis sin precedentes, mientras que en otros frentes como La Libertad Avanza (LLA) y el PRO se multiplican las tensiones internas y las disputas por el liderazgo. Axel Kicillof, gobernador bonaerense y principal referente de Fuerza Patria, ratificó su apuesta por una campaña basada en la gestión luego de una jornada marcada por negociaciones tormentosas y un corte de luz que casi provoca una fractura abierta en el armado kirchnerista. La presión desde La Cámpora para posicionar a Cristina Kirchner en el centro de la agenda pública tensó aún más un triángulo político que se muestra dividido y sin conducción monolítica. Mientras tanto, la alianza opositora encabezada por Javier Milei enfrenta una interna compleja entre los sectores liderados por Karina Milei y Santiago Caputo, reflejo de la atomización en el PRO y la incertidumbre sobre la continuidad del denominado "triángulo de hierro". La pugna por espacios y candidaturas revela un tablero de poder en plena recomposición, con Jorge Macri y sus intendentes protagonizando acuerdos que no encuentran el aval de todos. En paralelo, el espacio Somos Buenos Aires, que reúne a radicales, peronistas disidentes y sectores del PRO, atraviesa un cierre de listas marcado por disputas internas y desencuentros que ponen en duda su efectividad electoral, acentuando la fragmentación del electorado provincial. El escenario que dejó el cierre de listas refleja no solo las tensiones y las disputas entre figuras emblemáticas de cada espacio, sino también la dificultad de las fuerzas políticas para ofrecer un proyecto común. La grieta interna en el peronismo K, la fractura en el PRO y las disputas en La Libertad Avanza anticipan una campaña electoral con alta conflictividad y sin certezas sobre posibles acuerdos post-electorales. TAPA DEL DÍA | www.tapadeldia.com