La cuenta regresiva ya comenzó: el 19 de julio vence el plazo para presentar candidatos en la provincia de Buenos Aires y la negociación entre Axel Kicillof y La Cámpora se mantiene empantanada, a pesar de la tregua tácita que significó la detención de Cristina Kirchner. Los contactos se reanudarán la próxima semana, pero con la desconfianza instalada. El gobernador, respaldado por el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), advierte que, sin un acuerdo claro con Máximo Kirchner y Sergio Massa, activará un frente electoral propio para asegurar su estructura política y sostener el control sobre su armado en los 135 distritos bonaerenses. En La Plata confirman que la prioridad es la unidad, pero sin resignar espacios de poder: “No podemos tener menos del 40% de las listas”, insisten en el MDF. La tensión quedó expuesta tras la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo en respaldo a CFK, donde Máximo Kirchner deslizó que podría ocupar el lugar vacante de su madre como candidato a diputado provincial. El movimiento cayó mal en el círculo íntimo de Kicillof, que leyó la maniobra como un intento de imponer nombres sin consenso. El calendario marca el 9 de julio como una fecha clave: ese día vence el plazo para inscribir alianzas. Si para entonces no hay humo blanco, el mandatario bonaerense buscará asegurarse la posibilidad de presentar listas propias, aunque después pueda negociar su retiro en favor de la unidad. “No podemos permitirnos una fractura, pero tampoco una imposición”, remarcó un intendente de peso en el interior. En paralelo, en el cristinismo puro confían en que la voz de CFK seguirá marcando el rumbo y que la interna se resolverá al filo de los plazos legales. Una ruptura significaría abrirle la puerta a una victoria segura de los libertarios, un fantasma que acecha cada cálculo electoral del peronismo bonaerense. Para algunos dirigentes, sin embargo, un quiebre podría ser traumático en el corto plazo, pero beneficioso en el mediano: forzaría una renovación dirigencial que muchos ven postergada desde 2019. “La unidad de ese año puso a Axel de gobernador; hoy algunos creen que lo limitó más de lo que lo fortaleció”, lanzó un referente camporista con ironía. El tablero se volverá a mover este lunes, o incluso durante el fin de semana largo, cuando intendentes alineados a uno y otro sector intenten destrabar un acuerdo base que luego deberán rubricar los tres grandes jugadores: Cristina, Kicillof y Massa. Diario Tapa Del Día | www.tapadeldia.com Opinión: La supervivencia del peronismo bonaerense parece depender, una vez más, de su capacidad para negociar en la cornisa. Esta vez, sin Cristina en la mesa, Kicillof y Máximo juegan su liderazgo en un duelo que puede redefinir el mapa político del país.