Buenos Aires — El caso de Víctor Díaz, el peón rural que conmovió a miles tras grabarse llorando mientras se despedía de su perro luego de ser echado de un campo en San Vicente, no solo desató una ola de empatía en redes sociales. También puso en evidencia una grave situación de precarización laboral que motivó la intervención del Gobierno bonaerense. El Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, conducido por Walter Correa, inspeccionó el establecimiento ganadero donde Díaz prestaba tareas desde hacía una década y detectó serias irregularidades: cables eléctricos expuestos, falta de elementos de protección personal, condiciones higiénicas deficientes tanto en el ámbito laboral como en la vivienda provista al trabajador. Según pudo saber TAPA DEL DÍA, los responsables del campo fueron intimados a regularizar la situación laboral del peón, acreditar el pago correcto de sus haberes, y presentar la documentación necesaria para su debida registración, en el marco de los plazos legales vigentes. El video viral, donde Díaz —visiblemente afectado— decía: “Acá estoy llorando por mi perro, me sigue, piensa que voy a trabajar todavía, pobrecito”, generó una denuncia formal por parte del gremio UATRE y del propio trabajador. Con más de 900 mil seguidores en TikTok, el joven dejó al descubierto una situación que, según el gremio, se repite a diario en los campos del país. Natalia Sánchez Jauregui, secretaria de Organización de UATRE, fue contundente: “Lo que vivió Víctor lo viven miles de trabajadores y trabajadoras rurales. No podemos naturalizar la informalidad: hay que erradicarla provincia por provincia”. Y agregó: “Lo acompañamos desde el primer momento y realizamos las inspecciones con RENATRE”. La dirigente también denunció que en los operativos de fiscalización se encuentran casos extremos de explotación laboral, trabajo infantil, viviendas inhumanas y condiciones de peligro para la vida y salud de los peones. “Esa es la verdadera cara de la informalidad que algunos sectores prefieren ocultar”, sostuvo. Por último, llamó a la acción colectiva desde el propio ámbito rural: “El primer inspector debe ser el trabajador. Cuando no le pagan como corresponde, cuando no le dan la ropa de trabajo, debe denunciar. Solo así podemos cambiar esta realidad”. Desde TAPA DEL DÍA seguiremos informando y dando visibilidad a las historias que muestran el lado oculto del trabajo rural en la Argentina. Redacción del Diario Tapa Del Día