Un reto visual se convirtió en fenómeno viral en las redes sociales por una simple pero desafiante consigna: encontrar una abeja escondida entre decenas de frascos de miel. A simple vista parece una postal inofensiva, pero los usuarios aseguran que es uno de los acertijos más difíciles de los últimos tiempos. La imagen, repleta de detalles, obliga a poner a prueba la agudeza visual y la capacidad de observación. “Tardé más de 20 segundos en verla”, “solo se le ven las alas”, “es un desafío de alta complejidad”, fueron algunos de los comentarios que se replicaron entre los internautas que intentaron resolverlo. En primer lugar, porque activa áreas cognitivas claves como la atención, la percepción y la rapidez mental. En segundo lugar, porque permite compartir momentos lúdicos en familia o con amigos, y eso potencia su circulación en redes como TikTok, X y Facebook. En este caso puntual, el truco está en buscar en el sector inferior izquierdo de la imagen. Allí, casi imperceptible, se asoma la abeja camuflada entre los colores dorados del dulce. Solo se ven sus alas, lo que hace aún más complicado el hallazgo. Este tipo de ejercicios no es nuevo: en el pasado estaban presentes en revistas de entretenimiento, a través de sopas de letras, diferencias entre imágenes o laberintos. Con el auge de las redes sociales y el cambio en los hábitos digitales, se transformaron en contenido de alto impacto y difusión masiva, sobre todo desde la pandemia. Además de entretener, muchos de estos retos permiten conocer aspectos ocultos de la personalidad, mediante imágenes que activan respuestas rápidas e intuitivas. Aunque no tengan valor clínico, ayudan a pensar y discutir en clave lúdica temas más profundos como la percepción o la interpretación visual. Una conclusión que se repite entre los usuarios es que “cuanto más simple parece un desafío, más difícil es de resolver”. Este caso es un ejemplo claro: pocos lo logran en menos de 15 segundos, y muchos ni siquiera logran divisar al insecto oculto. Pero más allá del tiempo, el verdadero objetivo es disfrutar del proceso. Para quienes buscan seguir entrenando su mente con este tipo de iniciativas, existen hoy cientos de cuentas y espacios en redes que promueven retos similares. Y lo mejor: no hay edad para empezar. Desde chicos hasta adultos mayores, todos pueden participar y compartir. Opinión pública destacada: Muchos especialistas en educación no formal coinciden en que estos desafíos, aunque simples, ayudan a desarrollar habilidades útiles para la vida cotidiana, como la concentración sostenida, la tolerancia a la frustración y la toma de decisiones en pocos segundos. Diario TAPA DEL DÍA.