Luego de la dura derrota del oficialismo en el Senado, el Gobierno nacional continúa sin convocar formalmente a los gobernadores para renegociar la distribución de fondos y avanzar en una salida institucional al conflicto con las provincias. En este escenario, se analiza una nueva cumbre en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) que agruparía nuevamente a los 23 mandatarios provinciales y al jefe de Gobierno porteño. Hasta ahora, solo figura en el calendario un encuentro informal previsto para este jueves en la Sociedad Rural, convocado por su titular Nicolás Pino, donde participarían gobernadores y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Se trataría de una instancia de acercamiento, sin carácter oficial, tras semanas de creciente tensión institucional entre la Casa Rosada y los gobiernos provinciales. Fuentes del Ejecutivo admitieron que existen “conversaciones subterráneas”, pero descartaron acuerdos de fondo en el corto plazo. Por lo pronto, los gobernadores de la UCR y el PRO —los más proclives a acuerdos parciales— barajan la posibilidad de mantener una reunión virtual conjunta y planifican rearmarse políticamente una vez superadas las elecciones de octubre, con una nueva identidad política pos Juntos por el Cambio. La falta de respuestas concretas del Gobierno, el freno en las transferencias automáticas, y la caída en la coparticipación, detonaron la inédita unidad de los jefes provinciales en el CFI y derivaron en la media sanción en el Senado de los proyectos sobre reparto de ATN y el impuesto a los combustibles, que expusieron el creciente malestar por el destrato político. En este contexto, la Casa Rosada hizo movimientos discretos para frenar el impacto legislativo. Guillermo Francos, Lisandro Catalán y Eduardo “Lule” Menem encabezaron intentos de diálogo con provincias clave, mientras el ministro Luis Caputo prometió gestos financieros selectivos. Sin embargo, los esfuerzos no lograron desactivar el frente provincial. La interna oficialista también sumó una nueva grieta, esta vez con la vicepresidenta Victoria Villarruel. La ofensiva pública encabezada por Patricia Bullrich, quien cuestionó su rol en la última sesión del Senado, generó una escalada de cruces que incluyó ironías en redes sociales y marcó un punto de quiebre. La ministra de Seguridad fue recibida el domingo por Javier Milei en Olivos, en una jugada interpretada como un intento de mostrar respaldo tras el revés parlamentario. Mientras tanto, algunos gobernadores quieren ampliar el temario del conflicto federal. Por ejemplo, desde la Patagonia se insistió en el reclamo por las barreras sanitarias agropecuarias, un tema que ya enfrentó al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, con la administración nacional. La presión no solo viene desde los mandatarios opositores o aliados molestos. También dentro del oficialismo hay fisuras. Legisladores del PRO, que aún responden a Cristian Ritondo, mantienen diferencias internas, y sus vínculos con La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires son motivo de tensión en el armado de listas de octubre. Cerca de Mauricio Macri empujan una fórmula encabezada por Patricia Bullrich para el Senado porteño. La incertidumbre también rodea el futuro del paquete previsional que el presidente Milei ya anticipó que vetará. A diferencia de los proyectos del CFI, esta iniciativa fiscal tiene apoyos más amplios en el Congreso. Algunos gobernadores consideran que esta batería de leyes puede poner en jaque la política económica liderada por Caputo. En las últimas horas, Federico Sturzenegger sugirió que el presidente podría no vetar la distribución de ATN si se abre la puerta a una reforma estructural de la coparticipación. Desde la Casa Rosada lo desautorizaron, y el mensaje fue claro: el control del gasto sigue siendo innegociable para Milei, a pesar de los costos políticos. “Esta vez no vamos a ceder gratis”, afirmó con contundencia uno de los gobernadores más activos del bloque. La frase resume el nuevo clima de época que se respira en las provincias: una determinación colectiva de no retroceder sin obtener algo a cambio. El desenlace de esta puja aún es incierto. Pero una certeza empieza a instalarse: los gobernadores, con su unidad, han vuelto a posicionarse como actores clave de la política nacional. Y eso, para un gobierno que necesita respaldo legislativo, podría ser una advertencia clara de que la etapa de los decretos en soledad podría haber llegado a su fin. TAPA DEL DÍA | Para más información política y federal, visitá www.tapadeldia.com Opinión pública destacada El renovado protagonismo de los gobernadores marca un reequilibrio del poder político tras un año y medio de confrontación con la Casa Rosada. En la Argentina federal, ningún proyecto de país puede imponerse sin consensuar con las provincias. El oficialismo deberá decidir si interpreta esta señal como una amenaza o como una oportunidad histórica para reconstruir puentes. Diario TAPA DEL DÍA | www.tapadeldia.com